En el peronismo lo dicen sin tapujos: "Mientras Marcelo Orrego siga liderando la oposición, no tendremos demasiados problemas". Ven en el diputado nacional a alguien que le teme a los desafíos, que duda constantemente y que suele no confiar en las personas. No reconocen, erróneamente, la capacidad que Orrego tuvo para gobernar Santa Lucía por ocho años seguidos ni la de haber puesto a su hermano en su sillón en 2019. En el PJ cuestionan, incluso, el trabajo del actual legislador mientras condujo el departamento del Este. Hablan de una gestión sin cambios profundos y sumamente populista, que "atrasa" la política. "Si ser Intendente es sólo pintar cordones o arreglar plazas, nos anotamos todos", dicen por lo bajo en el PJ. En realidad, creo yo, es una de las grandes incógnitas que tiene la política sanjuanina. Qué le ve el votante a Marcelo Orrego. Coincido en algún aspecto con el peronismo, y en otro no. Es populista hacer sólo lo que se ve sin atender las necesidades más importantes, es verdad, pero también es injusto pedirle cambios profundos a un intendente que no tuvo apoyo de la provincia, gobernada desde 2003 por el PJ. Si bien Roberto Basualdo lo protegió de los ataques institucionales del peronismo, nadie puede decir que Orrego gobernó con la chequera del Gobierno provincial. Lo que es fatal en Orrego, que puede traerle problemas serios hacia adelante, es su constante duda. Gobernar no va de la mano con dudar.

Para muestra de que las dudas son lo peor que le puede ocurrir a un dirigente político, está Alberto Fernández. El presidente argentino tropieza todos los días con su propia ineptitud. Su discurso pro ruso y pro chino en momentos en los que el mundo está en ebullición, por ejemplo, son pruebas irrefutables de que somos gobernados por un hombre que no entiende el cargo que ejerce y mucho menos el mundo en el que vive. La marcha atrás constante, la falta de firmeza para la interna, todo tiene que ver con una vergonzosa falta de valor para tomar decisiones de peso. Lamentablemente, veo que Orrego puede caer en el mismo hueco.


Quienes conocen al santaluceño de cerca aseguran que mastica y consulta cincuenta veces cualquier decisión que vaya a tomar, que en la normalidad demora sus decisiones y que suele atrasar los planes de su equipo, justamente, por la falta de decisión. Liderar equipos no es fácil, tampoco elegir entre varias opciones, y todo se tiene que hacer con la velocidad de la luz, porque los temas importantes suelen estar atados a la urgencia. 


Esta semana hubo otro ejemplo de esa sobrada duda permanente. Hay temas de agenda pública a los que los dirigentes políticos, y más que nada los que están en cargos partidarios o funciones políticas, no pueden escapar. Hace un par de semanas este diario le consultó a los diputados nacionales cuál iba a ser su postura respecto del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, si es que pasa por el Congreso. Los del peronismo dijeron que sí, casi inmediatamente. Los de Juntos por el Cambio respondieron sin responder.


Esta semana el tema es la quita de dinero que le hará Nación a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) por los subsidios al transporte. Resulta que los argentinos les subsidiamos el boleto de colectivo a los porteños, que pagan solamente $18 pesos por cada pasaje. Nación planteó quitar ese dinero y redistribuirlo en las provincias. Son entre 12 y 14 mil millones de pesos que ayudarían a bajar el precio de cada viaje en cualquier rincón de la Argentina. En el medio se coló la grieta entre el kirchnerismo y Juntos por el Cambio, que gobierna CABA. Otra vez la duda. Enzo Cornejo, el diputado copión y líder del Pro en San Juan, dijo que hay que ver. Marcelo Orrego, presidente del frente en San Juan, dijo que no sabía del tema y luego mandó un escrito con una posición que no era tal, porque no se inclinaba por ninguna opción. Más dudas. Es simple: ¿quiere la oposición sanjuanina recibir ese dinero? ¿Es injusto que todos los argentinos paguemos 32 líneas de los porteños?


Ese estado de indefinición ocurre porque todos intentan evitar la interna del Pro nacional, que está al rojo vivo y que puede hacer estallar la coalición por los aires, pero también por propia mecánica de la oposición sanjuanina. Temen cualquier acción. En el peronismo lo saben, y se aprovechan de eso. La modificación al Código Electoral es un claro ejemplo de que el PJ conoce cómo acorralarlos. Orrego no sabe qué hacer porque no sabe cuáles serán las reglas.


Para quienes no conozcan, el Dr. Malito, Dr. Evil o Dr. Maligno, como prefieran decirle, es un personaje interpretado por el actor norteamericano Mike Myers extraído de la serie de películas de Austin Powers. Es una parodia de los villanos de James Bond y tiene una característica: cuando está entusiasmado o necesita enfatizar una declaración, acerca su dedo meñique a la comisura de los labios. Este personaje ficticio está constantemente pensando plantes locos para conquistar el mundo, pero siempre se queda a mitad de camino. Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia.