Los sobornos de Odebrecht estallan en la región.

El escándalo de corrupción que rodea al presidente brasileño Michel Temer no será el único que va a sacudir a Latinoamérica: a partir del 3 de junio, Brasil dará a conocer los nombres de funcionarios de 11 países que recibieron casi 800 millones de dólares en sobornos de la empresa Odebrecht en uno de los mayores escándalos de corrupción que se recuerden en la región.

Curiosamente, todo esto podría ser una buena noticia. Si estos escándalos movilizan a la gente a tomar medidas contra la corrupción, podrían convertirse en un punto de inflexión en la historia de la región.

Es cierto que, a corto plazo, los escándalos de la corrupción causan estragos económicos. El mercado bursátil de Brasil cayó más del 10% el 18 de mayo, tras las noticias sobre una grabación que parece involucrar a Temer en un intento de sobornar a un legislador. Y la consultora Moody's dijo que el caso Odebrecht frenará el crecimiento de varios países, debido a que grandes proyectos de infraestructura han sido suspendidos y muchos posibles inversores podrían alejarse ante las próximas revelaciones.

Los nombres de los funcionarios de los 11 países que recibieron sobornos fueron proporcionados por el ahora preso ex presidente de Odebrecht, Marcelo Odebrecht, a cambio de una reducción de su sentencia. Declaró que entre 2005 y 2014 su compañía pagó u$s 349 millones en sobornos en Brasil, u$s 98 millones en Venezuela, u$s 92 millones en República Dominicana, u$s 35 millones en Argentina, u$s 34 millones en Ecuador, u$s 29 millones en Perú, u$s 11 millones en Colombia y u$s 10,5 millones en México.

Una vez que las autoridades brasileñas divulguen los nombres de quienes recibieron estos pagos, es probable que varios países anuncien la creación de agencias gubernamentales contra la corrupción o planes nacionales contra este flagelo. Pero todo eso no servirá de mucho. La forma más eficaz de luchar contra la corrupción será creando organizaciones no gubernamentales de control que sean poderosas. Esta lucha es demasiado importante como para ser dejada en manos de los gobiernos.

"Hace falta un agente externo para limpiar el sistema, porque el sistema no se va a autocorregir por sí mismo'', me dijo Claudio González, empresario mexicano que dirige la ONG Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

Hay que abordar la impunidad, porque es la madre de la corrupción. En países como México, el 97% de los crímenes quedan impunes y los grupos no gubernamentales pueden hacer varias cosas concretas: Deben hacer su propia investigación periodística sobre casos de corrupción, porque muchos medios dependen de la publicidad oficial, y no van a denunciar la corrupción del gobierno, dijo González. Además, deben presentar demandas penales contra sospechosos de corrupción, y agregó: "Si la sociedad civil no se involucra, nunca nos libraremos de la corrupción en nuestros países''.

Mi opinión: Hay algunas cosas que los gobiernos pueden hacer contra la corrupción. Por ejemplo, crear procuradurías generales totalmente independientes, o negociar pactos nacionales de todos los partidos para adoptar políticas anticorrupción a largo plazo.
Pero al final, González tiene razón: la única manera de mantener la presión constante sobre los gobiernos y las empresas privadas para que se manejen con honestidad será si son vigiladas por grupos no gubernamentales que sean fuertes. Los sobornos de Odebrecht deberían servir para crear poderosas organizaciones civiles contra la corrupción.