El Gobierno nacional dispuso disolver la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA), un organismo descentralizado que en los hechos reportaba a la Presidencia, aunque dependía del Ministerio de Agricultura, y es investigado por el desvío de millonarios subsidios destinados al sector rural. El sorpresivo decreto 192/11, firmado por la presidenta Cristina Fernández, se publicó ayer en el Boletín Oficial.

En reemplazo de las actividades de la disuelta oficina, se creó un ente presidido por el ministro de Economía, Amado Boudou, aunque muchas funciones seguirán en el área de Agricultura, ente ellas la distribución de la Cuota Hilton. En la nueva Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno, secundarán a Boudou como vicepresidentes los ministros Julián Domínguez y Débora Giorgi de Agricultura y de Industria, respectivamente.

Los justificativos oficiales que llevaron a terminar con la ONCCA, sostienen que "la experiencia enseña que no es del todo conveniente concentrar funciones que implican otras tantas actividades vinculadas al sector agropecuario, en todas sus fases, a cargo de la misma autoridad", por lo cual se ha restituido las competencias que en materia de control y fiscalización "tenía históricamente asignadas la cartera económica, con la intervención de las jurisdicciones que correspondan en función de la actividad involucrada".

El drástico giro fue recepcionado de inmediato con optimismo por el sector rural. La Mesa de Enlace adelantó que las entidades que la integran están dispuestas a dialogar con el gobierno, ya que reclamaban la disolución del ONCCA y ahora confían en que el nuevo ente tenga la suficiente transparencia y sistematización en la entrega de subsidios y para ello manifestaron la mejor predisposición para compatitibilizar opiniones.

Las primeras impresiones de los destinatarios de la medida, coinciden en que se ha dado un paso positivo para reencauzar el verdadero propósito para el que fuera creado el organismo disuelto, pero que siempre fue noticia por las denuncias de "apriete" y corrupción, junto a una regulación antojadiza inspirada por el polémico secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno. La Justicia deberá terminar con la historia de la fallida oficina, al dar curso a las numerosas denuncias, incluidas las presuntas coimas cobradas por el titular de la AFIP, cuando conducía la ONCCA, además de la acusación de defraudación a la administración pública y enriquecimiento ilícito.