La macroeconomía es para los expertos una caja de Pandora. Estados Unidos es un caso difícil de explicar, ya que en plena crisis global y con un déficit preocupante, sumó un 4,35% en relación a diciembre, con la escalofriante cifra de U$S 52.565 millones, superando otra marca sideral, correspondiente a enero de 2011, que adiciona 47.521 millones de dólares. El país del Norte vive sorprendiendo a analistas que calcularon para enero U$S 49.000 millones, constatando que en el marco del tremendo déficit a modo de contracara la demanda de automotores fue abismal. Siempre comparando con 2008 como índice de referencia, EEUU tuvo un déficit anual de U$S 559.956 millones en el intercambio de bienes y servicios con otros países, la más alta desde esa referencia de tres años atrás, que destaca la recesión más profunda y prolongada en casi ocho décadas, aunque se considera importante que el mercado laboral muestre una mejoría lenta pero sostenida.
Un dato sobresaliente son las importaciones de bienes y servicios que subieron un 2% en enero pasado en relación a diciembre de 2011, hasta los 233.372 millones de dólares. También en enero último recibieron 180.897 millones como resultado de las exportaciones, superando las ventas al exterior respecto de mes anterior. Parece que los consumidores están de parabienes porque están representados con casi el 70% de la actividad económica. En este marco de aparente distorsión, el combustible y la energía jugaron su papel e incidencia, pero en esta paradoja increíble, en medio de la crisis que les afecta desde adentro y desde afuera, incluyendo el déficit y otras contingencias, la moneda norteamericana, el dólar, es una de las más fuertes y la mayor requerida del mundo.
