Brindo un nuevo aporte a las ciencias humanas que pese al descrédito propinado por los científicos escépticos continúan avanzando.


Existe un consciente propio que se desarrolla con el hombre mismo desde su concepción en el seno materno, no participable aunque participado por la madre. El mismo colisiona con la realidad desde el desarrollo mismo de la persona. Este arquetipo es el propio estado en pasivo que comienza a desplegarse con la misma oportunidad de buscar la vida y se sostiene por su propia línea de ser. El supuesto de un arquetipo suprahumano se encuentra en enlace directo con otros seres. De no ser así, no sería dable su presencia sin contacto alguno y menos aún en comunicación suficiente. Entonces, ¿cómo es posible? Desde el momento en que surge este contacto, primero queda limitado a la especie de origen y luego logra una inmediata identificación con otros seres. Ello se da por la "energía biointencional" que los une. Así, materia y energía se establecerán en una perfecta y común unión.


El arquetipo suprahumano tiene, en su particular forma de existir, un singular e irrepetible pero al mismo tiempo una concomitante permanencia en su razón de ser, es decir, que se inscribe en un propósito inmerso de un histórico tiempo en el que debe manifestarse; ni en un antes ni en un después, sino en un ahora. Justamente su propósito va unido a ese presente. El arquetipo suprahumano, se refiere a un estado de conciencia que aunque en los primeros momentos de vida no logra mostrarse, lo hará en forma subsiguiente. No existen contenidos de conciencia de ningún tipo de los cuales podamos predicar su expansión, sino un origen motivacional en vacío, impulsado por la energía biointencional que lo envuelve. Luego vendrá su justificación por el despliegue mismo en su desarrollo.


Si retrocedemos en la existencia misma de cada ser, no encontraremos bagaje alguno de ese arquetipo, sino el simple hecho de gestación por su origen. No se guarda experiencia alguna que se encuentre constelada en su finito universo, sino más bien si, potencialmente instalada como por venir. Este primario estado de conciencia es individual y único ya que no tiene naturaleza universal y difiere con los de otros individuos aunque por su carácter supra humano participa de una razón universal que como impulso, es decir, como energía biointencional, se presenta en todo ser existente.


La expresión "arquetipo" se encuentra ya en Filón de Alejandría en quien aparece referida a la "Imago Dei" (la imagen es la del alma, en relación a Dios) referente al hombre. En otras palabras, se corresponde a cada hombre "el arquetipo" y constituye así un fundamento anímico de naturaleza personal existente para cada hombre. El arquetipo representa esencialmente un contenido consciente, que al ser percibido cambia de acuerdo a cada momento individual en que este surge. Por su parte, lo suprahumano, está por encima de lo personal. Así, hemos dado luz a qué se entiende por "arquetipo", en relación y a diferencia de cualquier otra visión o concepción que se tenga de él. Pero el tema aún se pone más complejo cuando nos vemos en la necesidad de atribuirle o asimilarlo como condición psicológica propia de su prototipo. La investigación se hace más aguda en cuanto se dirija y describa a su conformación hasta ahora, pues, está en curso el estudio de la naturaleza del mismo y sus propias representaciones a medida que este se desenvuelve.