Ética y sociedad son un binomio inseparable. Es más, la sociedad necesita de la ética. Basta una pregunta para dejar en evidencia esta simbiosis: ¿podemos imaginar una sociedad sin ética? Sin normas la vida sería una jungla. Cada cual tomaría decisiones basadas en sus propios intereses, sin pensar en las consecuencias de sus actos para los demás en el aquí y en el ahora. Ni que hablar de la responsabilidad social de nuestras conductas proyectadas hacia el futuro. Una tecnología desvinculada de la ética puede derivar en escenarios inciertos para las futuras generaciones.

Importancia de la ética

Surgen entonces otras preguntas: – ¿la ética es una simple construcción humana, sujeta al arbitrio de sus creadores y al contexto social?; – o por el contrario es inherente a los seres humanos y a su naturaleza universal? La diferencia entre ambas es evidente. En el primer caso, la vida en sociedad sería un caos, porque sujeta a permanentes cambios, la conducta del otro siempre nos resultaría imprevisible. Sin olvidar que la vida es un camino que necesita señales claras y objetivas que orienten el rumbo. Luego, cada cual elegirá desde su libertad interior el norte que dará a su vida. Pero las señales son imprescindibles.

Por otra parte, sí entendemos que la sociedad es una comunidad de personas que tienen, tradiciones, instituciones e intereses comunes, advertiremos la necesidad de que la ética forme parte de esa zona común.

Liderazgos éticos

Dicho esto, queda claro la importancia de liderazgos sociales éticos. El liderazgo es una cualidad que permite dirigir y llevar el rumbo. Son personas que saben liderar procesos, creen en el valor de las utopías y lideran para el bien. Son liderazgos de servicio.

Dos son las dimensiones de estos liderazgos: -una formativa que le permita ejercer un liderazgo eficiente y- una dimensión ética, cimentada en valores y virtudes. Se los identifica rápidamente por su actitud propositiva, capaz de generar y transmitir esperanzas al grupo. Se muestran empáticos y con capacidad para convencer y no imponer. Los caracteriza su espíritu generoso y su capacidad de compartir conocimientos, tiempo y recursos. Este tipo de liderazgos ayudan al comportamiento ético de la organización, da confianza, brinda credibilidad, genera redes de colaboración y la coherencia en la posición otorga autoridad moral.

Compromiso comunitario

Los líderes deben enfrentar algunos desafíos del mundo actual (Exhortación Apostólica del papa Francisco Evangelii Gaudium, 50-76), a saber: -la economía de exclusión;- la inequidad que genera violencia; – la cultura del descarte; los peligros del individualismo posmoderno y globalizado; – el desafío de las migraciones y – la falta de compromiso con el cuidado de la casa común. Para ello hace falta convertir los liderazgos de poder en liderazgos de humildad y servicio, evitando el silencio cívico y superando el silencio moral.

Cabe agregar aquí que estos desafíos requieren coraje, integridad moral y decisión. Dice un proverbio chino que: “Los patos salvajes siguen al líder de su parvada por la forma de su vuelo y no por la fuerza de su graznido”.

 

Por Miryan Andújar
Abogada, docente e investigadora
Instituto de Bioética de la UCCuyo