Instalaciones donde funcionó la exposición de 1871, realizada por inspiración de Sarmiento.


Comúnmente el accionar de don Domingo Faustino Sarmiento se lo vincula con la educación, con el periodismo, con el mundo político o literario, pero es indudable que sus quehaceres por la ciencia fueron también descollantes. La prueba más contundente de esta afirmación es la célebre "Exposición de Artes y Productos Nacionales", realizada en Córdoba en 1871, merced a su iniciativa y visión progresista.


Como han afirmado sus más destacados biógrafos, Sarmiento tuvo una preocupación constante por las ciencias, siendo además de organizador, su divulgador y hasta practicante. La nombrada exposición tuvo lugar durante su presidencia, y en más de una ocasión su idea fue postergada, pues para muchos sería un fracaso, tomando el proyecto como una locura, presagiando que no tendría éxito. Es así que previamente -en junio de 1869- el Congreso Nacional promulgó luego de un encendido debate el proyecto sarmientino, el cual tenía como objetivo principal mostrar el patrimonio material del país.


La elección de Córdoba no fue caprichosa, se encontraba en el centro del país, ya había llegado el ferrocarril, su situación económica era próspera y además en ella el gran sanjuanino había instalado el Observatorio Astronómico. La inauguración de este evento fue el 15 de octubre de 1871, concurriendo Sarmiento con sus ministros y varios gobernadores de las provincias vecinas, además de funcionarios extranjeros.


En su discurso el presidente expresó: "Agrupamos aquí por primera vez los elementos que revelan nuestro modo del ser presente y los que mediante el trabajo prometen medios de subsistencia para millones de habitantes en lo futuro...". El punto exacto de la exposición fue una extensa propiedad cuyo dueño se llamaba Nicolás Peñaloza. Para ponerla en escena se utilizaron cinco manzanas, trabajando cantidad de gente especializada para su montaje, desde albañiles, hasta agrónomos y decoradores.


En la muestra, que duró tres meses, había productos de todas nuestras provincias, incluso de algunos países de América y de Europa, por lo que tuvo carácter internacional. En ellas se podían observar, por ejemplo, tejidos, curtidurías, imprentas, variados productos agropecuarios, y hasta se había montando un cable carril para trasladar, además de pasajeros, a los mismos productos que se exhibirían.


Dice el historiador Aníbal Ponce, en relación al tema: "El propio señor Presidente tuvo la alegría no pequeña de recibir en premio una medalla por haber introducido el mimbre en el país; y para asociarse de una manera aún más ostensible a aquella prueba elocuente de la industria criolla, se decidió vestir, mientras duraba la Exposición, un traje completo de vicuña elaborado con telas nacionales...". Finalizada la muestra, se calculó que más de treinta mil personas habían asistido, lo cual reflejaba que había sido exitosa.

Por el Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia