Siempre atrás, ya sea en un precipicio, o en un cruce del agreste desierto del sudeste de EEUU, el coyote gastó esfuerzos y tiempo en tratar de capturar al correcaminos. Al ser preguntado a su creador "Chuck Jones'' para la Warner Bros, dijo simplemente que "el coyote es mi realidad y bugs bunny mi meta''.

El tema es que tal vez, el coyote siempre fue ridiculizado, haciendo de su persona un gastador fracasado, y del correcaminos un gran evasor a la ley. Sin embargo al coyote nunca se le puede negar su insistencia, y perseverancia agotando su imaginación al máximo y haciéndole ganar millones a la corporación ACME.

Pero la realidad argentina debería ser como la famosa serie de Lonney tunes, insistir, insistir perseverar y continuar insistiendo. Creo que sin lugar a dudas el ejemplo del coyote debe ser tal vez el ejemplo que debemos seguir.

El sigilo, es tal vez la base de la serie, no hablan, sólo se guían por señales y el "bip bip'' del correcaminos como una carcajada a la creatividad inútil del coyote.

Tal vez el silencio es sin lugar a dudas uno de los retos que debe tener el ser humano en su vida empresarial o profesional, el silencio es, claro está, el principio y fin del éxito, no por casualidad el creador hizo al hombre con una boca y dos orejas.

Ahora bien, resulta curioso en la actualidad la falta de represión ante actos de delincuencia, la cual no significa persecución y tortura, sino el deber de hacer cumplir la ley a como de lugar.

Los romanos expresaban la situación con una frase que tiene características de "cláusula pétrea'' y decían "Dura lex et lex'' o sea, "la ley es dura pero es ley''.

La situación de falta de represión y la falta de castigo ante claras situaciones de actos delictivos en Buenos Aires, hacen sin lugar a dudas, que estos actos se multipliquen, justamente por la falta de represión policial.

La mera sugestión, de el no uso de armas a la Policía o Gendarmería, es una situación errada, que solamente sirve para generar mas violencia, ya que el delincuente ante este hecho, acecha y agrede sin piedad al inocente, como es lo que pasó recientemente.

Digo, el bien general debe prevalecer sobre el bien particular. Al corte de un puente o a la Panamericana, es un hecho que debe combatirse con la fuerza.

Así también, los paros en los aeropuertos, que dejan varado a sus pasajeros, que en algunos casos enfermos, y trasladando familiares fallecidos (como fue el caso del comprovinciano caucetero que traía a su hijito) generan más y más odio que a la larga termina en levantamientos. Y como si fuera poco, estos transgresores, hacen apología de su falta de respeto a la ley.

Entonces cabe preguntarse, ¿quién es el coyote y quién el correcaminos? ¿Será el Estado bobo el coyote y los transgresores a la ley, el correcaminos?

Por primera vez en la historia, y creo en el país, el coyote casi atrapó al correcaminos, y sin embargo, fue despojado de sus trampas de ACME y mas que nunca ridiculizado.

Hoy somos testigos de la hazaña de algunos que pretenden controlar la horda de delincuencia que existe en el país con la imperiosa necesidad de intentar cambiar las cosas. Pero sufren la suerte del coyote .

¿Quedará esperar nada más a ver si en la próxima encrucijada, tiene mas suerte y logra atrapar al correcaminos?