La formación de los ciudadanos y la educación para la convivencia social, como así también para la constitución familiar, son absoluta responsabilidad del Estado quien debe promover deberes y obligaciones de orientación comunitaria para incluirlos bajo el concepto de Nación.
La palabra nación, que proviene del latín natio (derivado de nascor, nacer), que podía significar nacimiento, pueblo (en sentido étnico), especie o clase, no se aplica precisamente el caso de nuestra Nación Argentina pues en este sentido la constitución política y social desde su origen, esencialmente no hace referencia a esta dirección.
Si nos referimos a que una nación se mantiene unida por las costumbres, las tradiciones, la religión, el idioma y la conciencia nacional, quizás nos acercamos aún más a nuestro umbral organizativo. Más aún si al concepto nación le atribuimos la noción de lo cultural que presentaría uno de los enfoques más problemáticos de lo que se haya planteado y aún se sostiene en el campo de las ciencias sociales, pues no hay consenso al respecto para alcanzar a precisar ese aspecto.
El hecho sería el de compartir determinadas características culturales. No obstante ello el problema de constituirse como Nación se agrava aún más cuando el mismo se restringe en ideologías de las cuales un pueblo cae tomado. La disputa entonces nos llevaría a situarnos entre nacionalismos o ideologías, nada más lejos de lo concebido como Nación.

Políticos, pensadores y gobiernos han censurado a quienes proclaman la república o catalogado a quienes hasta hoy la declaran como imbuidos de un liberalismo o posmodernismo salvaje. Sin embargo lejos están los perfiles de las acciones de gobierno nacional o provincial de nuestro hoy de caer en extremismos tales.

Quizás hayan sectores que haciendo caso omiso a la ley, o bien ignorando acerca de la constitución de un país, aleguen ideologías de nostalgia que deben ser superadas. De toda forma no es menos cierto que hombres de nuestra cultura deberán próximamente intervenir para orientar a nuestro pueblo a que esto no incida en nuestro establecimiento como Nación. Por ello la importancia de un Estado que promueva una guía de orientación comunitaria para fortalecer las instituciones republicanas.