No sé si sabía que la Sintiencia es una palabra que utilizaban los filósofos del siglo XVIII para distinguir el pensamiento y la reflexión producto de la razón, del de sentir que vinculaban a la sintiencia. Se puede definir entonces como la capacidad que se tiene para sentir, percibir o experimentar subjetivamente.
Este concepto que puede ser aplicado a todos los animales, ha cobrado mucha importancia en los últimos años especialmente para entender un poco más el cerebro humano, a partir de la difusión de la existencia de una inteligencia emocional que sería la causa principal de casi todas las acciones humanas, incluso antes que la razón y, por otra parte, al descubrimiento de las neuronas espejo (1996), que nos permitirían influir definitivamente dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro) y la imitación.
Paralelamente también han sido vertiginosos los avances científicos y tecnológicos, sobre todo en el desarrollo de la inteligencia artificial (AI) y la multiplicidad de nuevas aplicaciones que se ofrecen. Casi todos conocemos las prestaciones de los "chatbots” con los cuales "charlamos” frecuentemente en nuestros celulares.
Pero los bots son programas que efectúan automáticamente tareas repetitivas y que últimamente han sido diseñados para mantener un diálogo acotado con humanos.
"El lenguaje hablado supone mucho más que palabras por eso el reconocimiento del habla no es lo único que se extrae de la señal sonora en el diálogo; también supone emociones e identidad de la persona que habla…”
Los denominados bots conversacionales son sistemas de inteligencia artificial que simulan una conversación con una persona utilizando el lenguaje natural.
Pero el lenguaje humano hablado supone mucho más que palabras por eso el reconocimiento del habla no es lo único que podemos extraer de la señal sonora en el diálogo; también supone emociones, identidad de la persona que habla o información como la edad o el sexo, todas cosas que a los humanos nos resultan muy fáciles de reconocer pero requieren de procesos cerebrales muy complejos para identificarlos. Es como si hubiera otro lenguaje sobre el lenguaje.
Por eso, podemos "hablar” con nuestros celulares para pedirle ayuda a un sistema de información, bancaria, turística o comercial de navegación a un asistente virtual de los que tienen todos los smartphones. Pero: ¿podrán las máquinas comprender alguna vez las emociones humanas?
Las empresas desarrolladoras de los algoritmos cada vez más sofisticados de la Inteligencia Artificial ya sugieren el paso de Bots que hablan a una Inteligencia Artificial Conversacional que puede captar emociones y ya está funcionando.
Si bien son varias las experiencias es quizás el gigante chino Xiaois quien posiblemente lleve la delantera en este tipo de desarrollos.
También estos sistemas que podríamos denominar "dígitoemotivos” o "máquinas sintientes” puede reconocer rostros e identificar estados emotivos simplemente de los rostros reconocidos.
Más allá de la necesidad de un profundo debate ético que seguramente nos debemos sobre cuestiones que tienen que ver con el derecho a la privacidad y a la intimidad, estos sistemas comienzan a difundirse por todo el mundo.
Actualmente ya hay una universidad Argentina que está experimentando con un sistema que capta los gestos de los alumnos e identifica inmediatamente el nivel de atención, de cada uno.
Pero ¿Tenemos conciencia del avance de la tecnología sobre algunas habilidades típicamente humanas que ni siquiera los animales pueden lograr? ¿Estamos preparados para aceptar y convivir con estas máquinas dígito emotivas que perciban nuestras emociones y sentimientos?
Todo un gran desafío para la humanidad en los próximos años.
Dr. Gustavo Carlos Mangisch. Director Maestría en Gestión de Nuevas Tecnologías en Comunicación UCCuyo.
