Llega a San Juan la primera clínica sobre imaginación y creativación de la Argentina. El diccionario nos dice que la imaginación es la facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales, que es la imagen formada por la fantasía y que nos permite formar nuevas ideas y nuevos proyectos.

Por eso, la creatividad y la innovación siempre fueron claramente dos de los rasgos más extraordinarios que nos diferenciaron de otras especies y es a partir de ellos que evolucionamos permanentemente, resolviendo la mayoría de los problemas que enfrentamos a diario. Solo cerca del 4 % de la población mundial es naturalmente creativa, pero si el innovador es el que hace viable una buena idea, entonces, casi todos (con algún esfuerzo) podemos ser más innovadores. Por eso habría que hablar de "creativación" para integrar ambos términos en una perspectiva más actualizada de las dos ideas y proyectarla hacia un nuevo concepto. 

Procesos de búsqueda y combinación de infomación

Las neurociencias nos enseñan que estos son procesos de búsqueda y combinación de información que el cerebro ya tiene registrada en la memoria. Para que una innovación exista, hay que combinar los problemas con las soluciones. Se puede ir en cualquiera de las direcciones: puede uno empezar con un problema y resolverlo, o puede partir de una solución y tratar de buscar nuevos problemas en torno a esta.

Empezamos con un conocimiento específico y lo conectamos con otro para crear algo nuevo y diferente a lo que ya sabemos. Si bien todos podemos desarrollar muchas actividades por el conocimiento que hemos adquirido a través del aprendizaje y la experiencia (frente a la novedad siempre intentamos ver primero a qué se parece de lo que conocemos), es en la interacción de saberes y la elaboración de nuevas hipótesis que surge la creativación. Sin ellas no existiría el arte, la poesía, los avances tecnológicos y hasta la misma Internet.

 

  • ¿Una capacidad humana que podrían tener las máquinas?

Pero, frente a los extraordinarios avances de la inteligencia artificial (IA), nos preguntamos si esta, que es una capacidad tan humana, ¿podrían tenerla también las máquinas?

Es un tema muy polémico, pero algo parecido es lo que hacen los algoritmos que trabajan con "redes generativas antagónicas" y pueden componer música, inventar cuentos, notas periodísticas, pinturas y hasta deportes nuevos.

Si bien en nuestra capacidad de imaginar hay algunas características como el modelo mental causal, el motivo, la inspiración y los sentimientos, no cabe duda que la informática está logrando avances notables con resultados que parecen productos creativos humanos. Por lo tanto, la frontera entre humanos y máquinas está cambiando, y deberíamos esperar que esto continúe.

Esto no quiere decir que las computadoras vayan a superar a la creatividad humana en breve y por eso la clínica de Creativación que se organiza en San Juan en un formato híbrido (presencial y virtual) es una muestra de ello y aspira a generar espacios de reflexión sobre las extraordinarias posibilidades de complementación para mejorar y potencializar nuestra creativación.

El gran desafío no es saber ¿qué puede pasar con estas tecnologías? sino ¿qué queremos nosotros que pase?

En este provocador contexto es urgente que nos preguntemos: 

¿Soy consciente de lo que estos avances suponen en mí futuro? ¿Cómo podemos aprovecharlos para dinamizar la creativación en nuestras organizaciones? ¿Cómo incorporarlos en el sistema educativo o en la política? ¿Cuáles son las formas en que la IA podría trabajar con nosotros y mejorar nuestra capacidad de imaginar?

 

Por Gustavo Carlos Mangisch
Director de Innovación y Calidad en Educación del Espacio 
Excelencia y de la Maestría en Nuevas Tecnologías (UCCuyo)