La diplomacia de la Santa Sede siempre se destacó por un equilibrado protagonismo internacional, que se pone de referencia ante la paz, la justicia y la equidad, sustento de la justicia social que pregona la Iglesia. Los éxitos obtenidos por el Vaticano al intervenir en divergencias y enfrentamientos, han tenido ejecutores de peso, como ahora el papa Francisco, artífice del acercamiento de los Estados Unidos y Cuba, según anunciaron el miércoles último los presidentes Barack Obama y Raúl Castro.

En sus anuncios, ambos mandatarios agradecieron el apoyo del Vaticano y del papa Bergoglio en la intervención para para el mejoramiento de las relaciones entre dos naciones distanciadas por razones ideológicas y políticas desde hace más de 50 años, con serias implicancias económicas y sociales.

La mención que los presidentes de EEUU y de Cuba hicieron sobre el papel que tuvo el Papa en las gestiones para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países, ponen de manifiesto que Francisco prosigue la senda mediadora que inauguró en la época contemporánea el Papa León XIII a finales del siglo XIX, ante el diferendo de España y Alemania por el interés comercial de las islas del Pacífico.

Desde entonces la historia de la Iglesia revela una serie de intervenciones exitosas frente a posiciones que parecían irreductibles, como la que tocó vivir a argentinos y chilenos en 1978 por el conflicto del Canal de Beagle y el papel de Juan Pablo II, con intervención personal, y la designación del cardenal Antonio Samoré en carácter de mediador. Ahora la estrategia del Papa argentino ha sido diferente en virtud de jugarse para destrabar la complejidad de la enemistad de Washington y La Habana por la dureza de las políticas enfrentadas y los intereses en juego.

Por ello el Vaticano no se ha pronunciado sobre el papel clave de Francisco en los contactos secretos que mantuvieron durante meses delegaciones de EEUU y Cuba para iniciar un proceso de normalización de sus relaciones bilaterales, y los encuentros personales del Papa con Obama y Castro y las delegaciones que lo visitaron. De alguna manera se asemeja a una táctica como las intervenciones de Juan Pablo II en sus visitas a Polonia aludiendo al Muro de Berlín. Francisco

ideó derribar otro muro histórico.