El distanciamiento, uno de los requisitos para hacer posible el regreso a las clases presenciales.


En estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir a la humanidad mundialmente, es urgente y necesario la asistencia a clase presencial con los cuidados ya establecidos. Nuestra educación tiene vocación con responsabilidad y no podemos dejar de lado la enseñanza pedagógica a todo nivel. Desde niño el educador y su familia comienzan a trabajar buscando los valores que harán de su razón de ser y existir, volviendo a dotar a la escuela de excelencia, para construir una mejor sociedad, teniendo una fuerte vocación y desarrollarla con energía durante un largo tiempo. Las jóvenes generaciones deben asumir con gran responsabilidad el tema del desarrollo, ya que nosotros no supimos hacerlo, caso contrario el cuerpo social y el individuo perderán sentido existencial, se disgregarán y el precio que se pagará será muy alto y muy largo en el tiempo.


 No debemos perder más tiempo en enseñar en las aulas, cuidándonos de todo protocolo, y no descuidar el esfuerzo de quien estudia, porque con pasión, esfuerzo, entusiasmo y dirección llevaremos un proyecto hacia un buen desarrollo laboral y humano. Son las pasiones las que construyen las carreras, primarias, secundarias y universitarias y cuando se elige auténticamente, se puede asegurar que cualquier obstáculo, tanto en lo laboral como en el resto de la vida, será superado con mayor facilidad y en todas sus dimensiones, esa persona va a tener un desarrollo feliz en su vida. El sentido lo tenemos que dar nosotros. Hay que tener una actitud vocacional y responsable frente a la vida, ver lo positivo en cada circunstancia tiene que ver con cuanta pasión se hacen las cosas.


Debemos recuperar los contenidos suspendidos por los motivos ya conocidos, promoviendo otro desarrollo y la vocación que se construirá a través de nuestras vidas, entrenándonos, capacitándonos, aprovechando las oportunidades, haciendo frente a los desafíos y las amenazas . La vocación de enseñar y aprender es mantener la llama sagrada, si no hay vocación la persona está vaciada de sentido y apoyada en desarrollar nuestra fortaleza superando debilidades y adversidades con el manejo de las circunstancias, imponiendose para poder ver el camino deseado... para ser uno y tener una identidad. Esperemos vernos en las aulas para que todo estudiante pueda cumplir con sus objetivos, buscando trascender y ser reconocidos como seres útiles a la sociedad.

Por Roberto Olivera Vega
periodista