Hoy la educación corre por caminos turbulentos y conflictivos. Es momento de recurrir a dialogar, llegar a acuerdos, sentir empatía. La Institución Escuela y la Comunidad Educativa necesitan de esta comunicación, y urge también, más que nunca, gremios, Gobierno y todo tipo de institución que acredite esta característica.
Una de las habilidades más importantes del ser humano es la comunicación. Es por ello, que nos comunicamos con nuestro universo (familia, amigos, colegas etc), cerramos negocios y creamos nuestra identidad pública.
La innovación tecnológica ha facilitado la velocidad y el alcance de las comunicaciones, ha provocado también estar conectados y no comunicados. La palabra, es uno de los dones más maravillosos de la naturaleza, está en la base de muchos de los procesos de comunicación. Aprender a usarla en distintas formas requiere de la comunicación gestual y audiovisual. En todos los ambientes de nuestra vida, vemos cómo favorece el trabajo en equipo, el logro de los objetivos en forma colaborativa, evita los malos entendidos y los daños en las relaciones interpersonales.
Comunicarnos en forma correcta, es un desafío al que todos nos enfrentamos diariamente.
Comunicarse eficazmente significa ir más allá de las palabras. “En el mundo actual la información y la tecnología han cambiado todo rápidamente, pero la esencia de la persona, referida a sus facilidades de interrelacionarse, de hacerse responsable de sus actos, de ser cooperativo en su puesto de trabajo y de interesarse por su propio crecimiento profesional, tienen un carácter más permanente” (Gordillo 2015). Existe una comunicación afectiva y eficaz, cuando lo que se dice es escuchado y comprendido adecuadamente. Es un proceso de intercambio de mensajes que tienen un contenido y también elementos afectivos-emocionales. Pero pese a la complejidad de la comunicación, cuando no funciona adecuadamente, es una fuente de conflictos de incomprensión y puede interferir en la motivación, en la productividad, así como en el logro de objetivos empresariales. En el vínculo comunicativo, expresamos la forma de ser que tenemos y la visión de la relación de la persona.
La cercanía emocional, adecuada comunicación y apoyo mutuo son factores claves para la buena salud comunicativa. Hoy las redes son importantes para la comunicación, pero no para herir, sino hacer llegar la palabra calmada, fortalecedora, amorosa, amigable. Todo es producto de la educación, porque muchos internautas aún profesionales usan vocabulario no adecuado, descuidado, violento.
Hay que pensar que somos ejemplo de nuestros hijos. Hay que saber ser adulto y así niños y jóvenes, imitarán estos modelos. Por ello, familia y escuela deben estar unidos en este objetivo. Los argentinos nos debemos una adecuada y sana comunicación que denote afecto, amor y donde todos los integrantes puedan crecer con buena autoestima, seguridad en sí mismos y dialogando para llegar a acuerdos empáticos.
Si mejoramos la comunicación el resultado será evitar los conflictos y la violencia, llenando de amor y armonía el mundo cotidiano.
