El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, inicia hoy su último año de gestión con un debilitamiento político que para los observadores hace dudoso su postulación para un nuevo mandato, debido a numerosos factores en su contra que lo acosan desde los últimos meses.

Las dificultades del gobierno de Bogotá para alcanzar la paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sumadas a la desaceleración de la economía y una caída en la popularidad, cambiaron drásticamente el panorama. El mandatario, economista de 61 años doctorado en Estados Unidos e Inglaterra, ha evitado hablar, y menos confirmar, si se lanzará a una reelección aunque admitió que quiere dar continuidad a sus políticas, incluida la conflictiva negociación con la guerrilla, trabada en Cuba en estos momentos. Pero cualquier decisión que tome sobre su futuro político, la deberá comunicar antes de noviembre próximo de acuerdo a los plazos electorales del país.

Precisamente resolver la situación con las FARC es clave para su gobierno, porque fue una bandera enarbolada para pacificar Colombia y logró el aval en las últimas elecciones, con la esperanza de terminar con el conflicto armado que en medio siglo ha cobrado más de 200.000 vidas y forzó a millones a dejar sus hogares. Pero este conflicto lleva más de ocho meses de negociación infructuosa, salvo un acuerdo agrario.

El malestar de los colombianos con Santos no sólo es por querer negociar la paz a cualquier precio, otorgando concesiones a los insurgentes que consideran inaceptables, sino también por no responder a las protestas de campesinos, agricultores y mineros que reclaman más gasto en salud, educación, empleo, e infraestructura vial.

Se suma el menor ritmo económico por efecto de la crisis internacional, con un crecimiento estimado para este año del 4,5%, lo que implica una luz de alerta para una de las economías más sólidas de América latina, con una inflación del 0,04% en julio, la más baja del continente, pero superior en 0,06 puntos porcentuales a la del mismo mes de 2012 cuando llegó a -0,02% de deflación.

La popularidad Santos está en un 50%, lo que indudablemente le da un capital político importante para buscar su reelección, pero lejos de la facilidad con la que llegó al poder.