La pandemia por el Covid-19 avivó sospechas de teorías conspirativas en una nebulosa de información falsa o poco precisa.

La aparición del nuevo coronavirus disparó en 2020 la desinformación en todas sus formas y alumbró una nueva gran teoría conspirativa, la "plandemia" -según la cual la pandemia fue planificada-, que se suma a otras que resurgieron con más fuerza: las que apuntan contra las vacunas y la tecnología 5G de telefonía y el movimiento Qanon, que engloba a todas ellas.

 

  • Origen del nuevo virus

Cuando el nuevo coronavirus se daba a conocer en todo el mundo, aparecían informaciones que afirmaban que el patógeno era un arma biológica creada por China, o viceversa, por EEUU para minar al gigante asiático. Todas las especulaciones sobre el origen tenían una premisa: era artificial. Y en la ciudad china en la que se diagnosticaron los primeros casos, Wuhan, existe un laboratorio biotecnológico, donde, según estas teorías, debió de salir el virus, ya fuera a propósito o por error. Esa teoría la alentaron medios como Fox News en abril, pese a que en marzo ya habían sido publicados en Nature "datos genéticos irrefutables" del origen animal del SARS-CoV-2, basados en que la estructura vertebradora del patógeno no deriva de ningún virus conocido previamente. Además, una de las proteínas presentes, la S -distinta en animales y humanos- es más larga que la de sus homólogas de murciélago. En aquel momento, decenas de científicos occidentales habían publicado también un documento en la revista científica The Lancet en apoyo de los colegas chinos que habían investigado el origen del nuevo coronavirus.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó en mayo que el virus tenía un origen animal y refutó su creación en laboratorio, pero siguieron circulando supuestos orígenes alternativos, como su creación por farmacéuticas para vender vacunas, complots de Bill Gates o George Soros, e incluso que el virus no existe y lo inventó la prensa.

 

  • La "plandemia"

El juego de palabras entre plan y pandemia -que en inglés es similar, "plandemic"- dio nombre a un documental muy popular en mayo, visto más de 8 millones de veces en Facebook y más de 7 millones en Youtube antes de ser suprimido tres días después. En el vídeo era entrevistada la científica estadounidense Judy Mikovits, cuyas investigaciones ya habían sido refutadas por otros, lo que no evitó que se publicara una secuela de "Plandemic" en agosto pasado.

El término "plandemia" cuajó para definir la supuesta conspiración que argumentaba que la pandemia había sido inventada y que dio pie a grandes manifestaciones en agosto, con "plandémicos" junto a quienes rechazaban la distancia interpersonal y el uso de mascarillas para evitar el contagio.

 

  • Antivacunas

El siglo XXI comenzó con ímpetu para los antivacunas, en especial por esa presunta relación con el autismo, nunca probada. Que tienen efectos secundarios peligrosos, que previenen enfermedades erradicadas y que sólo sirven para el negocio farmacéutico son tres de los más difundidos bulos antivacunas. Como afirma la OMS, es "mucho más fácil padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante vacunación que por una vacuna", pues "los beneficios de la vacunación superan largamente los riesgos". Y si acabaran las vacunas, reaparecerían pronto enfermedades casi erradicadas. La OMS calcula que evitan entre dos y tres millones de muertes cada año y además permiten reducir la propagación de la resistencia a los antibióticos. 

 

  • Despliegue contra el 5G

En 2020 la quinta generación de las telecomunicaciones (5G) generalizó su despliegue en Europa y ganó, pues, visibilidad precisamente en el año pandémico, lo que hizo que se cruzaran conjeturas y dieran lugar a híbridos: bulos que relacionaban 5G y Covid. No hay ninguna prueba de esa vinculación, pero se han sucedido desinformaciones virales en ese sentido durante 2020; entre ellas, que causa colapsos respiratorios o que la Unión Europea confirmó el daño a la salud.

 

  • El auge de Qanon

En Estados Unidos desde 2017 -y de forma creciente en Europa- hay una teoría de la conspiración aglutinadora del resto, en la que caben todas las demás, sin casi excepciones: Qanon. Se originó en 2017 a raíz de unas supuestas revelaciones secretas sobre que una élite pedófila rige el mundo, con Hillary Clinton, Barack Obama y el papa Francisco en la cima. A ellos les atribuyen el rapto de niños y cualquier otra fechoría imaginable, así como intenciones genocidas, entre las que se encontrarían vacunas y el 5G como herramientas. En ese contexto, la pandemia de coronavirus fue un maná para Qanon, que vio aumentar sus grupos y etiquetas en las redes sociales.

 

Por Fernando Labrador
Agencia EFE
Especial