China, el país más poblado del mundo llegará a los 17,5 millones de nacimientos durante este año, un 5,7% más que en 2015 y la cifra más alta desde el siglo pasado.

El límite actual marcado por el Gobierno es de dos hijos por familia desde enero pasado, al concluir la política del hijo único, impuesta en 1979 para frenar la superpoblación, y se estima que evitó unos 400 millones de nacimientos.

Pero también causó un vertiginoso envejecimiento que diezmó la población activa y un agudo desfasaje entre hombres y mujeres: unos 40 millones más de varones, debido a la preferencia a tener niños.
Se estima que China alcanzará en 2029 su tope de población en unos 1.380 millones, cifra que se mantendrá estable a partir de entonces.

No obstante, algunos expertos advierten que el ritmo de nuevos nacimientos no bastará para frenar la erosión de la pirámide demográfica, y recomiendan que se dé libertad a las familias para tener todos los hijos que desean, como solución para alcanzar un equilibrio poblacional.