El Ministerio de Gobierno de la provincia adoptó disposiciones para ajustar el funcionamiento de la planta de personal de la Policía de San Juan, concatenadas no solo con el sentido común y las actividades laborales de riesgo sino con observaciones permanentes de la ciudadanía, cada vez más vulnerable y desprotegida frente al delito.
La utilización por parte de los efectivos de teléfonos celulares en la vía pública o mientras circulan el móviles, y de televisores, computadoras y otros artefactos a modo de pasatiempo en comisarías, oficinas y puestos fijos, no se compadece con la gran responsabilidad de la fuerza para brindar un servicio eficiente donde está de por medio la seguridad de las personas y sus bienes.
La Circular 200-0815/13 firmada por el ministro Adrián Cuevas, remitida el 15 del corriente al jefe de Policía, José Orlando Luna, para notificarlo de la modificaciones en el trabajo de su dependencia para la prevención del delito, o actuar cuando ya se cometió el ilícito, fue acompañada por un comentario lapidario del funcionario: "’Se advierte con preocupación la falta de actitud en las inmediaciones de puestos fijos y móviles de la Policía de San Juan, existiendo dotación humana enclavada en oficinas con un absoluto relajamiento, participando en programación de partidos de fútbol (TV), viendo películas de acción, con las hornallas prendidas, con estufas calentando semitas, etc, algo inconcebible”, señala Cuevas.
En particular, el ministro se refiere a la estructura del sistema de emergencia 911, donde detectó la anomalía más grave. Indica que en el centro de monitoreo de las cámaras de vigilancia, los agentes dedican su tiempo a los celulares, enviando mensajes y recibiendo llamadas particulares, precisamente donde se centran las críticas de la comunidad cuando pide ayuda. Pero lo más insólito es que en oportunidad de la entrega de los premios Martín Fierro en radio y televisión, todos los monitores de vigilancia estaban retransmitiendo el programa para una ávida audiencia uniformada.
La erradicación de esta práctica abusiva habría causado molestias en el seno de la fuerza, como si fuese un derecho el uso de aparatos de recreación personal en horario de trabajo. Los efectivos deberían recordar que los trabajadores de distintas actividades públicas y privadas tienen prohibido el uso del celular y de otros equipos que distraigan al usuario en las tareas productivas, fabriles, comerciales, bancarias, educativas y de servicios básicos, donde la concentración es fundamental para minimizar el margen de error.
