El 1º Congreso Internacional Extraordinario de Ciencia Política realizado en nuestra provincia ha sido todo un orgullo y una gran oportunidad para revalorizar a la Ciencia Política (en singular ya que la considero un campo con objeto propio, un método y una mirada particular) y resaltar el rol que deben cumplir en la sociedad los profesionales de esta "ciencia arquitectónica" como la definía Aristóteles.
Sin duda el mayor logro del congreso fue la importante participación registrada, especialmente de jóvenes, lo que aseguró la vitalidad de esta ciencia. Recordemos que los argentinos pasamos por tiempos en que despreciamos cualquier actividad que se relacionara con la política y los políticos, tendencia que si bien aún no genera una total recomposición, se verifica una reconstrucción entre ese puente que debe ligar el aspecto público con el particular.
Otro aspecto a resaltar son el contacto e intercambio de opiniones que se generó con los destacados expositores que llegaron a los cuales antes se los conocía a través de sus libros o, recientemente para quienes manejan algún recurso tecnológico, mediante video-conferencias y foros virtuales. Este no es un dato menor ya que del intercambio surgieron importantes síntesis que permiten enriquecer la óptica propia de esta ciencia.
Todo esto nos permite vislumbrar un amplio horizonte y un importante renacer de la Ciencia Política en Latinoamérica.
Sin embargo, hay aspectos que causan una sensación de desazón. Apreciamos con atención los numerosos invitados que por diferentes y no aclaradas causas se ausentaron a último momento del congreso y que estaban en el programa oficial. Entre ellos personas muy reconocidas en el ámbito profesional y político como Oscar Oslak, Pilar Córdoba, Manuel Garretón, Rubén Lovuolo, Rubén Giustiniani, Antonio Cafiero, Ernesto Sanz, entre otros.
Otro aspecto fue la unilateralidad del discurso. Todos sabemos que el paradigma dominante en la región es este progresismo populista y sería lógico que la mayoría de los expositores se vincularan con esta opción, pero no es la única. Como para muestra basta un botón hago referencia al foro Perspectivas de la política Argentina actual donde disertaron Ernesto Laclau y Agustín Rossi; todas personas valiosas y respetables pero que adhieren fervientemente a la visión kirchnerista de práctica y construcción política.
Ante estas evidencias consulté vía mail a algunos colegas politólogos destacados de fuera de la provincia ausentes quienes me manifestaron su preocupación por considerar que este congreso tuvo un tinte "excepcional" más que extraordinario y el "uso" del corpus académico para respaldar posiciones políticas interesadas; tal es así que, dentro de cierto círculo politológico porteño, el mismo fue denominado con sentido crítico "la reunión de Juan Manuel".
Espero que estas sean unas simples apreciaciones equivocadas de mi parte, en cuyo caso mi error me hará feliz, y se deseche cualquier sesgo interesado que se le pueda endilgar a la organización de este evento. Asimismo me gratifica la revalorización de esta disciplina que estoy convencido puede generar importantes aportes para la felicidad de nuestro pueblo y espero que el 23 de septiembre, Día Nacional del Politólogo, nos encuentre a todos los colegas unidos y aportando lo mejor para nuestro país.
