El avance de los casos de influenza A (H1N1), o "gripe porcina", en el país tiende a agravarse al extenderse a todo el territorio nacional, mientras el llamado Comité de Crisis, creado por la cartera sanitaria para disponer las medidas conducentes a controlar la enfermedad, ha dejado las decisiones prácticamente en manos de los gobiernos provinciales.

Los contagios de la cruel virosis avanzan favorecidos por las gripes comunes y los cuadros respiratorios de temporada, y por ausencia de decisiones políticas certeras debido a la serie de tropiezos que llevaron a la renuncia de la ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, reemplazada por el médico sanitarista Juan Luis Manzur, que asumirá hoy.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner participó el lunes último del sexto encuentro realizado en la Casa Rosada de la denominada Unidad de Coordinación, donde funcionarios, especialistas y científicos coincidieron en la necesidad de plantear como medida de prevención de contagios del virus el adelantamiento de las vacaciones escolares, aunque cada jurisdicción determinará el modo de aplicar la medida. Incluso varias provincias ya actuaron por su cuenta, ante las demoras en contar con una estrategia centralizada o bien la reclamada emergencia sanitaria nacional.

Para el jefe de Gabinete, Sergio Massa, declarar la emergencia sanitaria por la influenza A (H1N1) solo genera contrariedades administrativas, porque significaría evitar controles en la compra de insumos. Sin embargo, decretar la emergencia sanitaria implica el reconocimiento de una situación compleja que requiere movilizar todos los recursos del Estado. En particular, de los trabajadores de la salud, optimizando gastos y, lo importante, recibir asistencia técnica y económica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como lo hace en los países en alerta máxima por la gripe porcina. Tampoco se han actualizado los datos oficiales, aunque los muertos ya serían 30 y alrededor de 2000 las personas enfermas en observación.

Este panorama obliga a extremar las prevenciones personales, para lo cual es necesario que se sigan estrictamente todas las recomendaciones médicas y en particular ser rigurosos con los hábitos de higiene, más en los chicos. También se debe evitar lugares de riesgo, como las aglomeraciones de personas e incluso ser previsores en el transporte público.

El estado de alerta ante el A (H1N1) debe ser ante todo personal y familiar. Frente a una pandemia, la prevención es el arma más efectiva.