Al tomar contacto con la prensa, luego del aplastante triunfo kirchnerista en las recientes elecciones primarias, la Presidenta de la Nación solicitó a las fuerzas políticas opositoras dar prioridad en el Congreso al tratamiento del proyecto de ley que limita la compra de tierras por parte de extranjeros, que fuera enviado oportunamente por el Poder Ejecutivo.

El reclamo tiene su razón de ser, ya que a pesar de la hegemonía oficialista plasmada en las urnas, la situación del Parlamento condiciona al Gobierno nacional al no contar con el holgado quórum que disponía en la anterior conformación de ambas Cámaras. Es más, ante la imposibilidad de revertir la mayoría abrumadora obtenida en las primarias, la oposición se apresta a dominar el Congreso, en el próximo período, para controlar el poder administrador.

Según Cristina Fernández de Kirchner, la iniciativa destinada a limitar las inversiones extranjeras en propiedades inmobiliarias, es una medida "central para los tiempos que vienen”, según expresó y, sin duda, se trata de una cuestión vital desde el punto de vista estratégico y geopolítico.

Las enormes extensiones de tierras compradas por extranjeros en la Patagonia, ya han provocado conflictos por anular caminos y otros espacios públicos, creciendo los interrogantes acerca de las verdaderas motivaciones que atraen a los compradores, además de los ínfimos precios respecto a los valores internacionales.

En nuestra provincia la puesta en venta de la Estancia de Punta del Agua, de más de 400.000 hectáreas, en el departamento Jáchal, hizo que el tema también fuera considerado seriamente a nivel local por las implicancias que puede llegar a tener la enajenación de semejante cantidad de tierras por parte de inversores extranjeros.

No obstante el pedido presidencial, existe consenso prácticamente en todos los bloques de apurar la sanción de este proyecto, aunque la demora no es atribuible solamente a la oposición sino a una inactividad parlamentaria motivada por la campaña electoral, y al desinterés del oficialismo a debatir temas claves, como los proyectos de ley de acceso a la información pública, la modificación de la responsabilidad penal juvenil y el marco legal contra la trata de personas.

De todas maneras, el oficialismo tiene ahora un panorama claro que le asegura su continuidad en un nuevo mandato y no debería poner trabas en Diputados ni en el Senado para que los representantes trabajen sin obstáculos políticos. La dinámica de la democracia, precisamente, se cumple por mandato de la mayoría con el control de las minorías.