Un producto de la tecnología "Blockchain", a través de una moneda digital librada por el Estado tiene racionalidad alternativa.


El coronavirus ha acelerado el ritmo de los cambios en todos los órdenes, básicamente en la economía, que de modo afín o inmediatamente después del ciclo pandémico, se convertirá en un desafío de alta capacidad social de superación para el crecimiento. La máquina de imprimir dinero en la Nación y de emitir deuda o gastar el superávit en las provincias ya está recalentada. El sistema de automáticos térmicos contra cíclicos para estabilizar los vectores ya no se muestra tan efectivo para bajar la temperatura. Para colmo la Nación está en un dilema. Es que respecto de las zonas del país con un buen estándar sanitario, dejó trascender que está abocado a un plan de reducir los IFE y los ATP. Los primeros van directo a monotributistas y autónomos y los segundos son préstamos a las empresas para pagar salarios. La porción de valor que pone el Estado en la economía con esos mecanismo es alta, 9 millones de beneficiarios del IFE y 2,5 millones de ATP, hacen a esta economía ultra dependiente de la asistencia estatal. No hay ahorro privado que sostenga esas vulnerabilidades acumuladas e históricas del sistema económico financiero. El desafío económico principal que surge de este panorama objetivo de restricciones que se ha presentado se traduce en cómo y por qué medios es posible mantener en modo dinámico y eficaz la circulación monetaria en la sociedad, para que el valor en cualquiera de sus formas de representación, sea una línea de inclusión y aumento de la riqueza. Por cada porción de medios de pago que se reiteren hay que crear alternativas de sustitución proporcional de esos medios de circulación de la riqueza. En ese sentido la idea de proveer al objetivo indicado mediante el pago parcial de planes de asistencia al trabajo y a las empresas, se haga mediante un producto de la tecnología "Blockchain", a través de una moneda digital librada por el Estado tiene racionalidad alternativa. La virtud principal de esta idea es que el porcentaje de moneda digital que emite una provincia, si a esta, a su vez, la promueve para su aceptación mediante ventajas a los efectores de la economía, ya en eso hay una herramienta sustentable que va reproducir el ciclo sin necesidad de imprimir o tomar préstamos de dinero. Es decir que el Estado, al crear un activo digital, luego pagar parte de las obligaciones en asistencia al trabajo y a las empresas, que a la vez acompaña con promoción social de su aceptabilidad con facilidades fiscales para quien acepte los pagos en criptomoneda, y sobre eso le agrega que va aceptar como medios de pago de las obligaciones fiscales a tal criptomoneda, vemos que es viable proyectar un ecosistema que pase por crear un círculo virtuoso de circulación de activos y medios de pago entre el Estado, las familias, las empresas y el resto de los efectores de la economía.


La actividad de promoción y aceptación de pagos en las transacciones de la economía real y de los impuestos por parte del Estado es fundamental porque estos activos digitales son de circulación voluntaria y no forzosa como lo es el papel moneda. En concreto no es deficitario el sistema porque lo que se libra en parte como moneda digital luego es recibido por el Estado como pago de los tributos a que dan lugar las transacciones de la economía. Y no crea deuda inmediata y directa tal como si se lo hiciera mediante la toma de préstamos de dinero en el sistema. Esto aliviaría la sobrecargada capacidad de asistir del estado con préstamos a tasa subsidiada que sea, en sustancia lo que se asume es deuda, y como tal es una obligación aumentada con intereses lo que se debe devolver. Esa capacidad estatal nacional y provincial ya está al límite y para colmo en proceso de retiro parcial, según los indicadores que manejan los estudios especializados sobre la materia.


Córdoba por estos días se apresta a crear incentivos especiales para que se paguen en moneda digital estatal voluntaria, impuestos provinciales, servicios públicos (energía, transporte público o tasas) y cualquier otro tipo de obligación. Dicen los encargados de esa idea que "De esta forma, los tokens, que representan digitalmente la recaudación futura de la provincia, habrán pasado de los beneficiarios iniciales de los programas de empleo hacia la economía real, para finalmente volver a las manos del emisor original, la provincia". Más acá y más allá de estas consideraciones, es la tecnología "Blockchain" la referencia que ya está absorbiendo terreno presente y futuro hacia la cual se orientará, más tarde o más temprano, toda la economía mundial.

Por Dr. Mario Alfredo Luna y el Prof. Fabián Alberto Núñez