La celebración del Día del Animal en nuestra provincia, ha dado lugar a festejos y un movimiento gratificante por parte de las numerosas entidades protectoras, desarrollando actividades públicas destinadas a crear conciencia en la ciudadanía en torno al respeto y cuidado que merecen las mascotas, cada vez más dependientes del ser humano, mucho más en las áreas urbanizadas. No se trata de una expresión de deseo sino de una exigencia, desde que en San Juan se sancionó la Ley 2786 de Protección de Animales, promulgada el 25 de Junio de 1891, que establece la obligatoriedad de brindarles protección, a fin de impedir el maltrato y la caza.

Ya sabemos cómo actúan los depredadores de la fauna nativa, al amparo de los vacíos normativos que aprovechan los delincuentes, pero también existe el abandono y la desaprensión en las calles y paseos públicos, donde los perros son víctimas de la indiferencia y la crueldad. No es con una matanza la forma de terminar con los canes vagabundos sino con la tarea de la sociedad para dar respuesta a una serie de medidas oficiales para atender a las mascotas. Las campañas de vacunación y esterilización del municipio capitalino, como de Salud Pública, deben aprovecharse, para bajar la tasa de natalidad y mantener la sanidad de los animales.

Crear conciencia, como reclaman los entes públicos específicos y las asociaciones protectoras de animales, requiere una conducta de los dueños y vecinos, en particular en lugares muy transitados en los que se observa el paseo de mascotas sin que los amos o cuidadores reparen en levantar los excrementos. Después los perros y gatos callejeros tendrán la culpa y una condena inmerecida.