Aunque la política exterior de Obama ha sido un soplo de aire fresco después de la diplomacia arrogante de George W. Bush, el presidente no va a ganar ningún premio por su dedicación hacia América latina.
El Secretario de Estado, John Kerry, bien podría llamarse "’secretario de Medio Oriente”, porque es ahí donde parece pasar todo su tiempo. Los primeros siete viajes de Kerry al extranjero, después de asumir el 1 de febrero, fueron a Europa y al Medio Oriente, y solo dos de sus 14 viajes han sido a América latina. El reciente discurso de Obama en la ONU estuvo totalmente dedicado al Medio Oriente y el norte de África. Solo mencionó tangencialmente a América latina cuando dijo que: "’desde África a las Américas, las democracias han demostrado ser más eficaces que las dictaduras”, y que "’lo mismo sucederá en el mundo árabe”.
En el pasado, los discursos de los recientes presidentes estadounidenses en la ONU solían hacer alguna referencia a sus planes regionales de comercio o inversiones en Latinoamérica. Obama ha iniciado negociaciones para crear una Asociación Trans-Pacífica de libre comercio e inversiones con varios países en su gran mayoría de Asia, y una Asociación Trans-Atlántica similar con Europa, pero no ha propuesto ninguna asociación similar con América latina.
La iniciativa regional más ambiciosa de Obama es el programa de "’La fuerza de 100.000 en las Américas”, destinada a aumentar a 100.000 el número de intercambio de estudiantes universitarios de EEUU y América latina. Es un buen programa, pero sería mejor si fuera parte de un tratado económico transamericano mucho más amplio.
Hay que reconocer que Obama ha realizado seis viajes a la región, y que le ha solicitado al vicepresidente Joe Biden, que lleve la relación con América latina. Y también es cierto que ha tenido que lidiar con varios presidentes narcisista-leninistas en la región que han llevado a niveles insólitos la vieja práctica de culpar a Estados Unidos de todos los males de sus países.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusa a EEUU y sus aliados por la inflación del 45% del país, y hasta de querer asesinarlo, sin jamás presentar prueba alguna de sus denuncias. Lo triste es que debido a que estos líderes populistas autoritarios son los que más salen en las noticias. Y el hecho de que la economía latinoamericana se esté desacelerando a un 3% luego de una década de alto crecimiento, contribuye a que muchos en Washington y Wall Street se sientan menos entusiastas sobre la región.
Mi opinión: Estados Unidos no debe darle la espalda a Latinoamérica, y menos ahora. La década de los líderes populistas autoritarios que se beneficiaron de los altos precios de las materias primas está llegando a su fin -sólo funcionan cuando hay dinero para regalar- y una nueva generación de dirigentes más responsables están cada vez más cerca de ganar elecciones.
Como me dijo una vez Octavio Paz, la geografía es la madre de la historia, y no hay región que tenga más impacto en la vida cotidiana de los estadounidenses -ya sea en materia de inmigración, medio ambiente, comercio o cultura- que América latina.