Desde mañana los sanjuaninos y buena parte de los argentinos empezaremos a darnos cuenta si de verdad entendimos la gravedad de la situación sanitaria por la que atraviesa el mundo. Muchos gobiernos provinciales, incluido el de San Juan obviamente, empezarán a soltar la soga de la cuarentena que en poco tiempo paralizó la economía. Esa decisión, por muy controlada que sea, provocará que varios que estaban más o menos confinados en sus casas deban salir a reiniciar sus actividades. Muchas personas tomarán el colectivo, otras tantas viajarán en remis o taxi y algunos seguirán con los trabajos que venían haciendo, porque están dentro de las excepciones desde el principio. Si bien no es posible hacer un cálculo serio de la cantidad de personas que ganarán la vía pública, simplemente se puede anticipar que será mucha. Y, por impreciso que resulte, ese ya es un dato peligroso que genera pánico. Todo dependerá de nuestra responsabilidad, no hay otra salida.

Hay organizaciones internacionales de mucho prestigio y algunas universidades que pidieron acortar la distancia social al menos hasta el año 2022. Otros han recomendado no levantar las restricciones en Argentina para circular hasta que termine el año al menos. Pero claro, ni esos conglomerados de pensadores ni los profesores de universidades, cargan sobre sus espaldas la responsabilidad de mantener la salud pública sin dejar que nadie muera de hambre en la misma población, durante el mismo espacio de tiempo y en el mismo territorio.

La decisión que tomaron el gobierno sanjuanino y el nacional sobre habilitar con controles algunas actividades, es como todo en estos tiempos y en cualquier parte del mundo: ensayo y error. Todo va a depender de la población, de la conducta de las personas, de la responsabilidad que cada sanjuanino le ponga a sus acciones. Hasta ahora no nos ha ido tan mal, al menos en términos estadísticos: si tenemos en cuenta que en esta provincia vivimos alrededor de 700.000 personas y los detenidos por romper la cuarentena son (según cifras oficiales hasta el viernes) 7.683; entonces podemos decir que a poco más del 1 por ciento de todos los sanjuaninos no les importa ni su salud ni la del resto, pero sí le importa a casi el 99 por ciento, si es que queremos ver el vaso medio lleno.

Para detener a los más de 7 mil y pico de irresponsables, el Estado tuvo que poner en la calle a unos 6.000 efectivos de varias fuerzas de seguridad y modificar normativas para que sean juzgados por Flagrancia. Se hizo. Ningún sistema es perfecto y muchos de nosotros hemos visto infractores in fraganti, pero también tenemos que ser conscientes de que no se puede poner un policía al lado de cada persona, ni en este caso ni en ningún otro. 

Si esta "flexibilización" no funciona desde mañana, además de que habrá muchas otras personas enfermas vamos a provocar que muchos empresarios que de casualidad han podido mantener los puestos laborales, tengan que cerrar y echar gente. Muchos empleados ya tienen problemas y los gobiernos están cediendo por la presión de los empresarios, que ya no pueden sostener sus estructuras. No hay que olvidar que somos un país que cabalga de crisis en crisis y que muchos viven el día a día. Si el Gobierno ve que no hay responsabilidad en las conductas de las personas, dará marcha atrás sin dudarlo. Lo que ocurra desde mañana es responsabilidad de todos.