Trabajos de artesanía. Ver trabajar a los artesanos es reconocer la historia de San Juan.

El 27 de junio se celebra el nacimiento de Doña Paula Albarracín de Sarmiento, artesana de nuestra historia y en su recuerdo el de todos los artesanos del pasado y presente de San Juan. Con el objeto de poner en valor turísticamente a los artesanos de la provincia se llevó a cabo una investigación sobre artesanías y su hacedores. Este trabajo fue realizado por tres estudiantes de Turismo hace un tiempo. Se comenzó por el Museo "La Laja", hoy "Mariano Gambier", que cuidaba muchos testimonios de artesanos que a través del tiempo nos fueron dejando sus obras. Buscar lo auténtico es una tarea difícil. Encontrarlo es un momento inolvidable, y para quienes aprecian las cosas verdaderas, los pequeños detalles son pura riqueza. El Museo Arqueológico de la Laja era auténtico, porque todo lo que había en él era parte de la historia. Todo Museo es el sitio donde, como en el mundo del arte, el idioma es universal, y en él vamos descubriendo nuestra historia y donde para el escudriñador de la historia arqueológica el museo le ofrece un material inagotable.


Los Museos hablan con sus obras. "En esta voluminosa herencia de piedra y barro quedan aún encerradas historia heroicas, misterios religiosos, secretos científicos y costumbres cotidianas".


En el Museo La Laja se buscaba lo original, acaso porque el mismo paisaje que lo rodeaba lo era.


Estos misterios no sólo están en los orígenes, sino que emanan de la tierra, de la leyenda y de la historia de la gente. Con la aridez prendida en la punta de cada espina, dado el sitio y lo que representaba.


La artesanía es donde todo se hace a mano y conservar la tradición, que no es solo cuestión de orgullo histórico, sino la mejor manera de sobrevivir del pasado y todo ello presente en un museo. Todo se puede observar en Los baños del Indio en la Sierra de Pie de Palo, sitio donde el aborigen dejo sus huellas. Como herederos de una tradición que apenas ha cambiado como la de las manos que salen lanas de brillantes colores y las piezas más finas, una rutina diferente, pero siempre repetida que nadie se libra de su atractivo. 


Al observar en el museo una obra hay que prestar atención de lo que ha brillado en muchos años. Pero que si no se lo protege podrían extinguirse. Ellos poseen el secreto de nuestra historia artesanal. Lo que está más cerca es lo que menos vemos, como del espectador que no ve la ardiente temperatura a la que se hierve las lanas para darle color. Con esta técnica se consigue la mayor tonalidad.


Cada día, en este mundo, hombres y mujeres anónimos ofrecen sus manos al correr de la lanzadera y la fascinación del color. Allí, donde el tiempo no cuenta para éstos solitarios tejedores o los que moldean cerámicas o tallado de piedras. 


Como artesanos cada uno realiza el trabajo para lo que ha nacido, como ser tejedor de tientos, resistentes y flexibles, dos cualidades y múltiples usos, látigos, vagales, cinchas y orgulloso de sus aperos el hombre viste a su caballo. O en el tejido vegetal que forma parte de otras de las importantes ramas de la artesanía, donde trabaja con diferentes materiales vegetales, totora, junco, cortadera desde épocas aborígenes. Los huarpes realizaron bellísimas piezas de carácter utilitario, como vasijas para trasladar agua y cestas para otros materiales.


Con la conquista se sumó a su experiencia otra fibra vegetal como lo demuestra el tejido de sombreros o setas de palmas,y cuya imagen de las palmeras se repiten una y mil veces en todos los rincones de San Juan. Para ellos es habitual utilizar la palma, para nosotros, lo especial y hoy tal como ayer, ya que hay sueños que se tejen a partir de los sueños de los hombres.


Toda una experiencia irrepetible para quienes los vean en ejemplos vivos de una naturaleza imponente en los tallados en piedra donde cada paso está metódicamente estudiado. Allí, donde el trabajador auténtico tiene una meta, un objetivo, su obra. Ver trabajar a los artesanos es reconocer una por una sus obras en su banco el arte. Tratar con gente diferente, dar una mirada al pasado en el presente y como quien no quiere la cosa, disfrutar el placer de ver nacer una pieza única e irrepetible. Una parte de la obra artesanal se trabaja con herencia hispana y costumbres que desafían el paso del tiempo. Heredad de un sueño que se transmite de niños a ancianos. En San juan existen rastros indelebles de ese pasado que no pierde su vigencia y siempre hay alguien que renueva su magia. Son las manos de artesanos que con la misma fe y con la misma obsesión artística de sus antepasados nos ofrecen sus obras. Agradecemos su obra y ayuda a los artesanos que hoy recordamos con afecto y admiración.

Artesanos de alma

Un agradecimiento especial para los artesanos que apoyaron este trabajo como Erenia Moyano, Tomasa Aguilera, los hermanos Sarmiento de Albardón, Fernández Motta, con sus cerámicas y muchos más, incluyendo a la madre de todos los artesanos Doña Paula Albarracín de Sarmiento, que encierra todo en su telar, proponiendo dedicar un día en reconocimiento a todos los artesanos. Y un homenaje al Museo La Laja que por tanto tiempo nos brindó su riqueza. 


(Trabajo de investigación realizado por Carmen Aguilar, Mariana Lloveras y María Teresa Forradellas).

Lic María Teresa Forradellas
Especialista en Turismo Cultural