La legislación aprobada a fines de 2010 para asegurar la vida y los bienes de las personas vinculadas a la actividad bancaria, y en definitiva al público en general, sigue demorada en su implementación por una sucesión de problemas operativos, por lo que se deberá esperar un año y medio para que se cumplan cada una y todas las exigencias.
La primera de ellas, la instalación de mamparas que obstaculicen la visión general de la línea de cajas y resguarden al cliente, sigue sin cumplirse en la mayoría de las entidades con el argumento de las dificultades y el costo que implica para las empresas la remodelación. Por este motivo, se dispuso que los bancos ubicados en áreas urbanas importantes tendrán tiempo hasta el 30 de junio próximo para instalar las mamparas y hasta el 31 de diciembre venidero en las sucursales más alejadas.
Por otra parte, al reglamentar la ley, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) se encontró con sorpresas de la tecnología, como es la imposibilidad de aplicar un sistema de inhibidores de señal de telefonía celular porque estos equipos están restringidos al uso de los servicios de inteligencia, como ocurre en distintos países, incluidos los Estados Unidos, la Unión Europea, Japón y Canadá. En consecuencia, a partir del 30 de abril venidero los clientes y el personal de los bancos deberán dejar sus celulares en bolsas o en lockers, antes de entrar al local bancario.
Las dos disposiciones apuntan a contrarrestar la modalidad delictiva de la "salidera”, pero también los bancos deben avanzar en el blindaje de las bóvedas donde están las cajas de seguridad, para impedir el accionar de los "boqueteros” y ajustarse a especificaciones técnicas que no son fáciles de cumplir, más si se trata de edificios alquilados que no fueron proyectados para un fin determinado. Debido a la complejidad de esta exigencia, el BCRA resolvió que para el blindaje de bóvedas los bancos tendrán tiempo hasta el 31 de junio de 2012, y para los tesoros móviles hasta el 31 de diciembre de este año.
Ante este complejo panorama, las autoridades nacionales deberían haber trazado un plan de emergencia hasta tanto todo el sistema bancario quede cubierto por los requisitos reglamentarios, de manera de proteger al público y al personal con mecanismos transitorios más rigurosos que los actuales, agregar personal de custodia, cámaras, sensores y alarmas que sean monitoreadas con mayor celo.