Toda ciudad que se precie de promover el orden y la conducta de sus habitantes debe ofrecer los elementos mínimos para facilitar el cumplimiento de las normas básicas establecidas. La demarcación vial horizontal, especialmente de las sendas peatonales, es de fundamental importancia para la seguridad de la gente y el orden vehicular. Es inconcebible que haya centros urbanos, como nuestra ciudad o las cabeceras departamentales, con calles sin demarcar, ya que eso promueve el desorden y alienta a los peatones a no observar normas como cruzar calles en las esquinas, y a los automovilistas a dar prioridad al transeúnte.

Hay casos puntuales como el de la Diagonal Sarmiento, principal avenida de la ciudad de Caucete, donde las sendas peatonales han desaparecido con el tiempo y son más que necesarias por la dificultad que ofrece el trazado vial. En este lugar, por falta de señalización, la gente no sabe el lugar correcto para cruzar y habitualmente lo hace por donde no corresponde, arriesgando su vida y sorprendiendo a los conductores.

La señalización vertical también es imprescindible. Hay sitios en los que un semáforo no puede ser sustituido por un cartel de pare o una rotonda; o un cartel de velocidad máxima, por una "lomada" o un "pianito". De la misma forma es necesario que cada calle esté debidamente señalizada con nombre y sentido de circulación, implementando todas las medidas de vigilancia posibles para que esos carteles no sean destruidos.

Preservar la señalización vial horizontal y vertical es una tarea que compete a todos los miembros de la comunidad. Denunciar a los inadaptados que las destruyen es más que un deber. Representa una obligación que debe ejercerse para el bien de todos.