La Fiesta de la Inmaculada Concepción suele reunir decenas de miles de fieles


La fiesta de la Inmaculada Concepción es una de las más tradicionales que celebra la sociedad local en pleno, todos los 8 de diciembre, día feriado en todo el ámbito nacional. Esta solemnidad arraigada en el corazón de los sanjuaninos, tiene una larga trayectoria histórica. Su devoción está ligada con el espíritu mariano que sembraron los primeros misioneros que llegaron a estas tierras. La Parroquia de la Inmaculada Concepción, emplazada en el llamado Pueblo Viejo, fue erigida como tal en 1819. Este sitio o distrito, perteneciente a la Capital, lleva precisamente el nombre de Concepción. El lugar está colmado de connotaciones históricas, no sólo porque fue el lugar donde se fundó San Juan, más allá de las nuevas hipótesis acerca del área fundacional, sino también por otros episodios que impactaron hondamente en el imaginario social, como fueron las funestas muertes del sacerdote junto a los novios y testigos, en el momento en que se disponía a casarlos; consecuencia del terrible terremoto de 1944. Esta consideración es expresada por las historiadoras locales Viviana Ruiz y Silvana Frau, en un escrito acerca de la localidad de Concepción. En otra época esta celebración fue muy colorida y quizá la más concurrida de la provincia. Era un típico festejo religioso - social y no había sanjuanino que no asistiera a Concepción a honrar a la "Patrona de Pueblo Viejo'', y simultáneamente a recrearse con los inconfundibles eventos populares. Quien escribe estas líneas recuerda que todos los integrantes del grupo familiar y vecinos esperábamos ansiosos aquel día. En esa jornada la gente acostumbraba a lucir o estrenar sus mejores galas. Se asistía con respeto y júbilo a la procesión y demás rituales religiosos que se realizaban. Luego, la fiesta social, solía culminar con un gran baile en el Club Atlético San Martín o en la Confitería Velásquez. La plaza era el espacio preferido y adecuado, donde los jóvenes iniciaban amistades, que a veces terminaban en noviazgo. Esta era la época en que organizaba la fiesta el inolvidable párroco Monseñor Antonio López Soler. Pero la celebración perdió este esplendor, no obstante continúa siendo una de las más representativas de la comunidad local. En la actualidad la festividad, además de los puntuales actos litúrgicos, como novena, misa, primeras comuniones y la multitudinaria procesión final (junto a otra que se realiza de madrugada), ostenta de algunos de los antiguos ingredientes sociales o extra litúrgicos, como son los típicos puestos de venta y la gran iluminación ornamental que suele colocarse en los alrededores de la plaza. 

Por Edmundo Jorge Delgado
Profesor - Magister en Historia