Moisés, en su último mensaje al pueblo de Israel, les dijo: "Recuerda los días de antaño, considera los años de edad en edad. Interroga a tu padre que te cuente, a tus ancianos que te hablen" Deuteronomio 32-7".

Les estaba indicando lo importante que es la tradición, entendiendo por ella la enseñanza que se comunica de una generación a otra. Para ello debemos conservar fuentes orales y escritas, porque no conservar significa borrar un tesoro precioso que define la identidad histórica. De ahí la importancia de tener la memoria viva, cuidando y resguardando las fuentes documentales, respetando los testimonios orales de los ancianos, representantes y unión de tiempos idos y del presente. Hacer lo contrario es tener un vacío, traducido en una orfandad que nos lastima.

Jáchal ha tenido historiadores notables que lucharon por conservar y acrecentar el pasado de la Patria Chica. Personas inolvidables, que sembraron en tierra fértil en el campo de la historiografía: Julián Balmaceda, Carmen Peñaloza de Varese, el padre Alfonso Hernández y Rocier Bravo. Ellos fueron los que hicieron la siembra primera, para que otros transitaran la senda.

Siguiendo a Verdaguer todos dan como fecha del nacimiento católico de Jáchal 1601, cuando el obispo de Santiago de Chile, Antonio Pérez de Espinosa, hizo la primera Visita Pastoral a Cuyo, fundando 11 doctrinas o parroquias rurales, Jáchal entre ellas.

Sin embargo, hace décadas y haciendo un seminario sobre Jáchal, creímos que había que ir más atrás, aunque sea en suposiciones. Sabemos que la Expedición de Villagra, descubridor de Cuyo en 1551, venía del Perú, para pasar a Chile y auxiliar a Valdivia. También sabemos que venia el sacerdote mercedario Antonio Rendón Sarmiento, que fue el primer sacerdote que pasó por tierras cuyanas, llevando la advocación de Nuestra Señora de la Merced, que fue el introductor de las vides en Cuyo. Chile lo recuerda como el Apóstol del Arauco. Nosotros lo tenemos en el olvido.

¿Cuántos hombres venían con Villagra? ¿Cuánto tiempo estuvo en Cuyo? Sabemos que la cordillera no se pasa en cualquier época. Seguro que los soldados de Villagra hicieron previamente la exploración del terreno, siguiendo el ejemplo de los legionarios romanos. Posiblemente hubo un desprendimiento de hombres. Todos estos interrogantes que nos habíamos planteado hace décadas, tuvo una respuesta en un trabajo del historiador Rogelio Díaz López, padre de Rogelio Díaz Costa, ambos brillantes historiadores y etnógrafos de primer nivel, tampoco a ellos se les ha hecho un recordatorio como corresponde.

A pesar de que Díaz López nació en Chile en 1880, siendo un niño su padre lo llevó a Jáchal, donde capturó el alma de ese pueblo, porque como dijo el poeta "no se que tiene esta tierra que aprisiona el corazón".

Díaz López encontró un documento en archivos chilenos que muestra que ya en la primera mitad del siglo XVI se trabajaban minas en lo que sería Cuyo… Son las famosas Labranzas de Soria, minas o aventaderos de la antigua Calingasta. El nombre completo es Francisco de Paula Soria, nombre que la tradición conservó y que la documentación avala. Conocemos de ese siglo las andanzas de Alonso de Sotomayor, gobernador de Chile que proveyó encomiendas en Cuyo, estando detenido en Uspallata, Diego Lucero lo proveyó de víveres de su encomienda de Pismanta (hoy la Dra. Teresa Michieli ha realizado importantes investigaciones sobre el tema de las encomiendas).

Sabemos que las expediciones españolas andaban en búsqueda de riquezas mineras, tan codiciadas antaño como hogaño. Entre la expedición de Villagra, la fundación de San Juan en 1562 y la fundación de Jáchal en 1751, nosotros suponemos que algunos españoles se quedaron internándose en tierras cuyanas mezclándose con la población nativa. Siempre en el plano de la hipótesis ¿Por qué no pensar en Jáchal, donde habían pueblos originarios a orillas del río? ¿Por qué no pensar que los españoles se mezclaron con la población autóctona de una manera pacífica, constituyendo pequeños grupos dispersos? ¿Por qué no pensar que la fundación de la Villa en el siglo XVIII fue para concentrar la población, ya integrada por indígenas, blancos y mestizos?

El 25 de junio de 1751 es fundada la Villa de Jáchal, que no tuvo cabildo por ser una villa, en el actual emplazamiento, fue en ese lugar por razones estratégicas, comerciales y políticas que no detallamos.

A los fundadores se les repartió 65 sitios. Por medio de un Auto se concedía que le pudieran agregar a su nombre el título de Fundadores, equivalía a una concepción honorífica, que en aquellos tiempos equivalía a un título de privilegio y nobleza.

El territorio se ordenó políticamente, se establecieron las autoridades y se fijaron los deberes y derechos de cada uno. En este 2009 en que se celebra el Jubileo del Obispado de San Juan de Cuyo, bueno es recordar y reconocer, la primera doctrina o parroquia ambulante, con la pequeña iglesia de Pérez de Espinosa, el templo de San Miguel, viejo templo a cargo del sacerdote Dr. Castro (cerca del Automóvil Club), que para comienzos del siglo XIX, dicen los documentos estaba en las afueras y en mal estado los techos, el actual templo frente a la plaza, obra del padre Gregorio Garfias el cura Sanmartiniano y del fraile dominico Moisés Burela. Siempre fue la Iglesia la que inicia una tarea administrativa en áreas que afectaban luego a la autoridad civil. Así las anotaciones parroquiales de los bautismos hacían las veces de partidas de nacimientos, las actas matrimoniales certificaban la legitimidad de la unión, la constancia del sepelio en el Campo Santo era el testimonio de la defunción. Además la Iglesia fue siendo la portadora y custodia del depósito de documentos que fue generando a través del tiempo.

San José de Jáchal, tierra donde se confunde la leyenda con la historia, donde con iniciativas, perseverancias, trabajos y esfuerzos, se constituyeron primeras pequeñas agrupaciones dispersas. Luego de agruparlas devino en villa y hoy en la ciudad.

Jáchal representa a la Tradición como memoria del pasado, que no se agota sólo en los cantos y guitarras, por importantes que sean, sino que engloba todo, porque es la memoria del pasado recibido y donde los jachalleros vuelven a hacerlo presente en cada momento del tiempo que transcurre. De ahí que en este Jubileo es oportuno elevar nuestro pensamiento del olvido a la memoria.