Washington de monumentos de blanco neoclásico, arquitectura federal y, ahora también, tranvías. Este icónico medio de transporte vuelve a la capital de EEUU medio siglo después de que los últimos rieles fueran sustituidos por asfalto y neumáticos. La vuelta del tranvía no sólo supone nuevo transporte alternativo para una ciudad cuya población se multiplica en horario laboral, sino que también servirá para conectar dos barrios tan antagónicos como el acomodado Georgetown y el H Street Corridor, una zona del este muy desigual y en pleno proceso de modernización.
"’En los últimos años ha habido numerosos cambios en los alrededores de la calle H, y creo que instalar una nueva forma de transporte público es bueno tanto para mejorar su conexión con el centro de la ciudad como para los pequeños negocios que se están abriendo allí”, explicó Nahal Tavangar, una joven de Washington. Tavangar, como muchos de los que visitan el H Street Corridor el fin de semana para disfrutar de algunos de los más modernos locales de la ciudad, se preguntaba desde hacía tiempo si las obras de la zona traerían por fin de nuevo un transporte tan entrañable como el tranvía a la ciudad.
La incógnita queda ahora despejada e incluso los más escépticos están ya convencidos de que en la primavera de 2014 el tranvía volverá a circular, medio siglo después de ese 28 de enero de 1962 en que hizo su último viaje. El nuevo medio de transporte arrancará con presupuesto de 400 millones de dólares para el tramo inicial. Para los más entusiastas, ver el futuro tranvía ha sido un auténtico regalo de navidad, pintado como Santa Claus, en blanco y rojo, colores que compartirá con uno de los transportes más populares de la ciudad, el autobús Circulator. Las autoridades de la capital confían en la capacidad de adaptación de los washingtonianos, que ya respondieron muy positivamente a la incorporación de otros medios, como el servicio público de alquiler de bicicletas.
En la primera mitad del siglo XX, la red de tranvías de Washington abarcaba más de 321 kilómetros, pero, como ocurrió en muchas otras ciudades estadounidenses, se sustituyó este icónico transporte por autobuses urbanos. Muchas ciudades se arrepienten de tal decisión y el viejo tranvía vuelve a circular como en Portland, Seattle, y Tampa.
Hasta hace medio siglo el tranvía era uno de los medios más populares para viajar entre Washington y el Glen Echo Amusement Park, en Maryland, vedado a los afroamericanos hasta sólo un año antes del fin del tranvía. Ahora el tranvía vuelve a una ciudad más moderna, segura y con un afroamericano como ciudadano ilustre: el presidente Barack Obama.
(*) Agencia EFE, Washington.