Las células madre, también denominadas células troncales o estaminales (en inglés "stem cell"), son células que tienen la capacidad, no solamente de poder cultivarse y reproducirse así mismas, sino también de poder producir células adultas de diferente progenie, es decir, de diferentes tejidos.

Existen distintos tipos de células madre en función de la capacidad que tienen de generar diversas clases de células. Así las células del embrión (llamadas blastómeros), en sus estadios iniciales de vida, pueden generar, cada una de ellas, un individuo completo de su especie: son las células totipotentes. Cuando el embrión llega a la fase de blastocisto, sus células son pluripotentes, las cuales pueden formar células de todo tipo de tejidos, pero no un ser adulto completo. Más tarde las células madre van adquiriendo especificidad y solo pueden producir células de algunos tejidos: son las células multipotentes, y finalmente se convierten en células madre que solo pueden formar células de un determinado tejido: son unipotentes. El proceso por el cual una célula madre de un tipo de tejido puede dar lugar a células adultas de otro tejido, se denomina transdiferenciación. Estas células madre se denominan embrionarias, pues se obtienen del embrión.

También es posible obtener células madre de tejidos adultos, por ejemplo, del cordón umbilical, placenta, de médula ósea, etc. Numerosos protocolos en marcha demuestran que células madre obtenidas del mismo paciente pueden inocularse en órganos dañados y repararlos, como por ejemplo, en enfermedades cardíacas y óseas. Otra variante para obtener células madre, es por clonación: se extrae el núcleo a un óvulo y se inserta el núcleo de una célula adulta (transferencia nuclear somática). El nuevo sistema comienza a desarrollarse como un embrión, a pesar de las ingeniosas confusiones semánticas de los científicos para engañar a la opinión pública, tales como "pre-embrión", "nuclóvulo", "clonote", etc. La famosa oveja Dolly da testimonio de ello.

¿Qué interés biológico presentan estas células madre? La medicina regenerativa y reparadora pretende obtener células madre embrionales clonadas para reparar tejidos y órganos humanos dañados por distintas enfermedades. Así, se habla de curar la diabetes, el Alzeheimer, Parkinson, etc, inoculando en los órganos enfermos células madre obtenidas por clonación. Esto en teoría, porque en el presente, no pueden aplicarse con absoluta garantía estos procesos en la clínica médica.

Mientras la utilización de células madre adultas no ofrece ningún problema ético, la obtención de células madre embrionarias implica destruir ineludiblemente un embrión humano de pocos días, lo que introduce en el debate científico un componente ético imposible de soslayar.

La ciencia sin conciencia ética termina destruyendo al hombre, como quedó demostrado en Hiroshima y en los campos de concentración nazi. Como en cualquier otra actuación humana, en sus investigaciones, el científico, no puede dejar de valorar las consecuencias éticas de lo que realiza, por lo que esta faceta debe ineludiblemente incluirse en la valoración de sus protocolos experimentales. Un científico nunca puede dejar de responder éticamente de los actos que lleva a cabo.

La autorización del presidente Obama, de proveer fondos federales procedentes de impuestos para la investigación con células madres embrionarias, atenta contra el elemental derecho a la vida y contra la dignidad de la persona. Por mas altruista que parezca el objetivo de su utilización, es una gravísima afrenta a la persona, considerarla al comienzo de su existencia, como un producto de laboratorio, un conejillo de Indias, un material biológico cualquiera.

Las células madre de tejido adulto pueden ser una alternativa real a las células madre embrionarias, con vista a su utilización dentro de la medicina regenerativa y reparadora.