Con igual tono crítico del informe sobre el funcionamiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), las cinco universidades nacionales que realizaron ese estudio por decreto presidencial, han denunciado una serie de imprecisiones y fallas garrafales en la implementación del Censo 2010, previsto para el 27 de octubre próximo.
Según las conclusiones adelantadas a la prensa, el relevamiento censal tal como lo ha diseñado el INDEC, carece de las condiciones mínimas para legitimar los propósitos estadísticos perseguidos, por falta de preparación técnica, serios errores en las preguntas a formular a la población y pobre cobertura. Entre las debilidades observadas por las universidades de Buenos Aires (UBA), Tres de Febrero, Rosario, Mar del Plata y Tucumán se indica que "son escasos los antecedentes técnicos-profesionales” de quienes diseñaron el censo en términos conceptuales, cuyo resultado debería brindar datos clave del país para la próxima década.
Dicen que, entre otros elementos, no se dispone de la información referida a las fechas de incorporación y de las actividades que realizan en el equipo de diseño conceptual del censo, con el agravante de que el INDEC no consultó a organismos del propio Gobierno para esta tarea, como los ministerios de Trabajo y Planificación, la Dirección de Migraciones y el Instituto de Asuntos Indígenas ni tampoco a organismos estadísticos del Mercosur, pese a que el INDEC aseguró haber realizado un amplio intercambio de información con ese organismo.
Tampoco hay indicadores confiables para censar en poblaciones de hasta 100.000 habitantes ya que no se sabe qué técnicas estadísticas se aplicarán para obtener datos a nivel de pequeños dominios y peor aún, en los datos brindados por las autoridades no se especifica si se podrá tener información confiable en las localidades de entre 50.000 y 99.000 habitantes. Existe, además, el antecedente preocupante de las pruebas piloto, donde se observó la precariedad del rigor metodológico, omisiones y elevados niveles de error.
En estas condiciones, el INDEC no es confiable para ejecutar un operativo de tanta trascendencia cuyos datos serán las bases del crecimiento desde octubre venidero a igual mes de 2020. Los números demográficos del país -y la consecuente composición de la sociedad-, la asignación de representantes por distrito o distribución de fondos entre las provincias son algunas pautas que definirá el Censo 2010 que, ante la realidad, el sentido común aconseja postergarlo hasta tanto el INDEC recupere la confiabilidad perdida.
