María E. Martínez, primera mujer presidente.


El recorrido electoral de la mujer argentina tiene antecedentes en luchas del feminismo y de quienes pelearon por la igualdad de derechos. Pero hubo que esperar a la llegada de Eva Perón para que la mujer tenga derechos y deberes iguales a los de los hombres, y para que puedan ser elegidas.

En un fenomenal cabildo abierto del Justicialismo, la CGT quería, el 22 de agosto de 1951, la fórmula Peron-Perón. Soñaban con Evita vicepresidenta. La enfermedad avanzada hizo que ella renunciara por Radio del Estado en cadena nacional.

En 1973 se hizo realidad la fórmula Perón-Perón, pero esta vez era con María Estela Martínez, tercera esposa del líder de la argentinidad. Perón era viudo de María Aurelia Tizon y de María Eva Duarte. Se casó con las tres Marías. Isabel se transformó en la primera mujer del mundo en presidir una Nación. Ya habían habido otras pero como primer ministro, no como presidente. Fue secuestrada por las fuerzas golpistas, y todavía resta del salón de los bustos el suyo en la Casa de Gobierno.

En el regreso a la democracia, Elba Roulet fue electa vicegobernadora de Buenos Aires, y después Cristina Elisabet Fernández fue ungida presidente. La última elección descubrió a María Eugenia Vidal, primera mujer gobernadora de la provincia. Vidal se puso al hombro la elección PASO que acaba de terminar para no perder en el principal distrito electoral del país.

Enfrente, la candidata a senadora, la ex presidente. En Capital, Carrió, la que maltrató históricamente a Macri tratándolo de contrabandista, prebendario y delincuente, ahora lo ve rubio y de ojos celestes, y sin defectos. Y la chaqueña logró un respaldo porteño histórico.

Diversa suerte sufrieron otras mujeres como Stolbizer, que junto a Carrió, fueron las que más denunciaron al kirchnerismo, o Graciela Ocaña, ministra de Néstor Kirchner y funcionaria de Cristina, sin que nadie se acuerde.

Pero es indudable que en la crisis de la democracia fraudulenta hay que sumar la declinación masculina y la aparición de mujeres, que se transformaron en referentes de distintos pensamientos políticos. Atrás quedaba Alicia Moreau de Justo, Florentina Gómez Miranda, o Graciela Fernández Meijide. También pasó a ser un recuerdo Diana Conti con la "Cristina Eterna", y los viejos peronistas recordarán a Lala Marín, Susana Valle o a Yorga Salomón.

Hoy son mayoría en el padrón y la ley obliga a que se garantice su participación en las listas. Ante cada fracaso masculino surge una mujer del fondo mismo de la historia.

Allí está la generala Juana Azurduy, las mujeres por la emancipación y tantas otras mujeres que entregaron a las causas políticas lo mejor de sus vidas.

Todavía suena el grito que los jóvenes entonaban: "mujeres, mujeres son las nuestras, las de San Martín, Rosas, Perón. Las demás, son mujeres de cartón".

Pero está visto que no. Que hay mujeres para todos los gustos dispuestas a reemplazar el fracaso masculino.