La invación de Rusia a Ucrania debe seguir siendo condenada por todos los países.

Uno de los mayores ataques a la paz mundial en la historia reciente, la invasión de Rusia a Ucrania, está saliendo de los titulares. Y eso debería preocuparnos a todos: la guerra está siendo eclipsada por malas noticias económicas, el fallo de la Corte Suprema de EEUU contra el derecho al aborto y nuevas pruebas del intento de golpe de estado del expresidente Trump el 6 de enero de 2021. Afortunadamente, además de la exitosa ofensiva diplomática del presidente Biden para volver a unir la alianza atlántica en apoyo de Ucrania, varias ciudades y gobiernos locales están lanzando campañas de solidaridad para mantener fresca la tragedia de Ucrania en la mente de todos. Tales iniciativas deben ser apoyadas y expandidas en todas partes.

Varias ciudades estadounidenses están lanzando campañas solidarias similares, aunque de menor escala. Las encuestas muestran que los estadounidenses ya están perdiendo algo de interés en el drama de Ucrania: mientras que el 61% de los estadounidenses está a favor de que Estados Unidos continúe enviando armas a Ucrania, el porcentaje de estadounidenses que piensan que la guerra de Ucrania les importa mucho se ha reducido de 51 % en mayo a 41% en junio, según una encuesta de Fox News. La ciudad de Miami llevó a cabo un programa voluntario de recompra "Guns 4 Ukraine" el 18 de junio que otorgó certificados de regalo de Visa de $50 por una pistola, $100 por un rifle y $150 por un rifle de asalto de "alta potencia" como un AR-15. El anuncio promocional de la ciudad especificaba "sin preguntas”. La policía dijo que recolectó 68 armas y que esperaba enviar muchas de ellas a Ucrania. Miami Beach realizó eventos para recaudar fondos para su ciudad hermana ucraniana de Odessa y recaudó más de U$S 100.000. Junto a Miami, planea un torneo de golf para recaudar fondos para Odessa a finales de este año, me dijo el alcalde de Miami Beach, Dan Gelber. Una mayor participación de los gobiernos locales en apoyo de Ucrania es especialmente crítica en América Latina, donde, a diferencia de Estados Unidos y los 27 miembros de la Unión Europea, la mayoría de los gobiernos han hecho poco por Ucrania más allá de condenar a Rusia en las Naciones Unidas.

"Al comienzo de la guerra, cuando la invasión ilegal de Ucrania estaba en las portadas de todos los periódicos, hubo una gran ola de solidaridad humanitaria… Ahora, eso ha bajado mucho".

Isabel Díaz Ayuso
Presidenta de la Comunidad de Madrid.

Yuri Diudin, el jefe de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania, me dijo en una entrevista telefónica que su país necesita donaciones extranjeras de casas prefabricadas y materiales de construcción para reconstruir las casas que fueron destruidas por las bombas rusas. "También necesitamos alimentos y medicamentos no perecederos", dijo Diudin. "Y a medida que nos acercamos al invierno, necesitaremos calentadores eléctricos y de gas para la población".

El dictador ruso, Vladimir Putin, confía en la poca capacidad de atención de Occidente. Si Putin se sale con la suya, pronto nos olvidaremos de su invasión injustificada de una nación vecina democrática, los gobiernos occidentales retrasarán sus envíos de armas a Ucrania y Rusia podrá apoderarse de todo el país. Eso sentaría un terrible precedente. Lo más probable es que alentaría a China a invadir Taiwán y sería una licencia de facto para que cualquier dictador lanzara invasiones armadas a los países vecinos. El futuro de la democracia mundial está en juego en Ucrania. No lo olvidemos y presionemos a nuestros gobiernos locales y organizaciones de base para que mantengan a Ucrania en primera línea, antes de que sea demasiado tarde.

 

Por Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald