La depresión es un estado patológico de sufrimiento psíquico con pesadumbre de ánimo, tristeza íntima de minusvalía personal y sentimiento de impotencia para obrar y pensar (Farreras-Rozman). Es uno de los más frecuentes motivos de consulta médica.

La depresión afecta con mayor frecuencia a las personas entre los 40 y 60 años de edad, más común en la mujer que en el hombre. También puede alcanzar a todas las edades, desde los niños a los ancianos. Una pérdida real o imaginaria que sufra el sujeto puede desencadenar el estado depresivo: la muerte de un ser querido, la pérdida de la salud o del empleo, la ruina económica; también la pérdida de la juventud, de la belleza.

Pueden contribuir a su aparición la vida solitaria, el agotamiento tanto físico, mental o emocional, la disgregación de la familia, el climaterio (agotamiento progresivo de las gónadas), tanto femenino como masculino, el tabaco y el alcohol.

Todo lo referido corresponde a la denominada depresión unipolar, que se diferencia de la depresión bipolar en que la primera nunca hace episodios maníacos, mientras que la bipolar siempre los presenta, son los pacientes maníaco-depresivos.

La sintomatología es variada; el deprimido presenta casi en todos los casos humor triste, abatimiento y pesadumbre. También existe sentimiento de fracaso, culpabilidad; se siente inútil hasta el menosprecio de sí mismo. Asimismo, su capacidad de pensar y concentrarse para el trabajo, lectura o estudio, está disminuida. El enfermo puede llegar a experimentar el deseo de morir, lo cual puede reclamar su internación.

El tratamiento de este trastorno con medicina natural se basa en la psicoterapia, que guíe al médico a descubrir las causas para actuar sobre las mismas. El paciente debe estar siempre ocupado en tareas de su agrado, y que no le requieran esfuerzo físico ni mental: labores de jardinería, trabajo manual, paseos al aire libre, música adecuada.

La alimentación es de gran importancia, siendo vegetariana al comienzo con gran parte de alimentos crudos (frutas frescas, ensaladas crudas variadas). En cuanto a plantas medicinales, está indicada la infusión de tilo, el azahar, la pasionaria y el hypericum perforatum (hipérico); como asimismo la maceración en frío de raíz de valeriana.

Para el éxito del tratamiento hay que requerir la colaboración de la familia del enfermo, debiendo el médico tratante informar a los familiares sobre las características de la enfermedad, para que con espíritu de paciencia y amor, cooperen para la curación definitiva del paciente.