Talacasto muestra vestigios de lo que podría ser un gran centro termal.

 
Continuando con el tema de las aguas termales sanjuaninas, el viajero o turista habrá advertido que las de Talacasto aún continúan pospuestas. Si bien vive una familia, que trata de brindar y atender amablemente a los visitantes, no se observa ningún cambio significativo. Una casi ilegible placa indica la construcción de uno de los primeros baños en el año 1933, con los nombres de los hacedores. Haciendo historia, fue un grupo de jóvenes los que realizaron la construcción. Lograron empozar las curativas aguas, para conseguir su mejor aprovechamiento. El grupo lo formaban Roque Gómez, José María Bustos, Marcelino Rojas, Diego Vega y Carlos Cabrera Jordán, todos ellos amigos, versados de los más distantes sitios de la geografía local. Para llevar a cabo su deseo, adquirieron a modo de préstamo un noble camión Ford "T", modelo 1926, cuyo dueño era don Antonio Molina Sánchez. Con este medio de transporte comenzaron a trasladar cemento importado que en esa época se envasaba en barriles, y simultáneamente llevaron grandes piedras de la zona. De esta manera, y durante aproximadamente un mes, cuchara en mano, hicieron de prolijos albañiles para construir la primera de las pequeñas piletas, rodeada de paredes y un frágil techo. Simultáneamente levantaron una suerte de improvisada ramada, para que cobije a los futuros visitantes. Así, en mayo de 1933, se concluyó la construcción de la primera de las piletas de las termas, con abnegación y altruismo. Años más tarde el gobierno provincial construyó los baños adyacentes que hasta la fecha perduran. A partir de entonces escasas tentativas se hicieron para modernizar o explotar los baños de Talacasto, acorde a las nuevas demandas turísticas. El lugar es maravilloso: las aguas termales, con una temperatura de 26º aproximadamente, son sulfurosas, con propiedades terapéuticas excelentes, por ejemplo, para lesiones de la piel. Conjuntamente, el sitio posee otros atractivos, como el famoso "Cerro del Sapo", apto para escalarlo, el paisaje es hermoso, con jarillas tan sanjuaninas que despiden ese aroma tan particular. También Talacasto fue el punto por donde paso el comandante Juan Manuel Cabot y sus tropas. Luego de trasponer Las Tapias y el bolsón de Matagusanos. Sería un sitio turístico de excelencia si se construyera un pequeño hotel, una posada o cabañas, lo cual ampliaría la oferta turística de la famosa ruta 436, en Ullum, que nos lleva a Calingasta e Iglesia. De esta manera, se constituiría un circuito turístico conforme a los requerimientos actuales.


 

Por el Prof. Edmundo Jorge Delgado