Las vacaciones, tan esperadas, resultan momentos propicios para la lectura e ideales para estimularla, no sólo en los niños sino también en los adultos. Vivimos inmersos en un mundo de lenguajes que nos desafían y exigen su lectura. Los libros que recibe un niño son básicos, y de eso dependerá que se familiarice y lo motive a leer.

La formación de lectores competentes son precisamente aquellos capaces de leer y escribir diferentes tipos de textos y distintos soportes, es prioritario para la educación. ¡Qué mejor ocasión para disfrutar de la caricia de una mágica historia en vacaciones! Es importante que para que los chicos deseen leer, ofrecerles espacios que les permitan vincular la lectura con experiencias positivas y placenteras, en la playa, la montaña, en el jardín de su casa, en fin, todo resulta buen ámbito para leer.

En muchas ocasiones, dentro de los "deberes" de la escuela, se encuentra también la lectura, tiñendo la misma con obligación y restándole placer. Así que cuando llegan las vacaciones, muchos de ellos dejan de lado los libros. Este es un mundo alucinante que permite abrir realidades, soñar, imaginar, crear y disfrutar. El desarrollo del niño, desde que nace y hasta los 5 años es clave, en todos los aspectos intelectual, psicomotriz y social. El lingüístico no queda afuera, es de mayor importancia, es la base de la comunicación social y contribuye a formar su pensamiento. El ambiente familiar afectivo y cultural, es fundamental para despertar el interés por los libros. Cabe destacar que aumenta la agilidad mental, la capacidad de concentración favoreciendo las conexiones neuronales. Así también como los sentimientos, son importantes a la hora de generar hábitos y de inculcar valores.

Leer en vacaciones, es una buena manera de explorar distintos ámbitos. El poder salir con libros en época de reposo es importante. Ellos son buenos compañeros, nos llevan de viaje y podemos hacer turismo literario. El niño debe entender que la lectura no forma parte del trabajo que realiza en la escuela. Sino, es parte de su vida del aprendizaje permanente. Ella, es una de las maneras interesantes y entretenidas de disfrutar el tiempo libre. El problema muchas veces para la "no lectura" es porque todo se deja a su amigo "Google" donde encuentran desde resúmenes hasta tareas solicitadas por el maestro.

Los padres pueden incentivarlos para la lectura pero no obligarlos. La idea es que ella sea una buena compañía del descanso y no se transforme en una tarea que puedan relacionarla con el colegio. Algunas investigaciones demuestran que los niños que leen en vacaciones tienen mejor desempeño académico. En los días de descanso nos relajamos y es el momento cuando nos podemos sumergir en una buena lectura. Muchas investigaciones y evaluaciones dan cuenta de lo mal que leen los alumnos y la pérdida del hábito de lector. Desde muy pequeños pueden nutrirse de un buen libro y su lugar será donde están sus juguetes. Él entra a formar parte de la vida del niño, antes de que sepa leer. El placer de leer, va precedido por el gusto de escuchar a los adultos con sus lecturas, palabras y actitudes, quienes marcan las pautas de la lectura en ellos. Al niño hay que darle lecturas que los motiven y estimulen, que hagan de él un lector. El chico busca en cada libro, respuestas a los misterios que lo rodean, porque leyendo se emociona, piensa, aprende, se divierte.

Leer en soledad o a la sombra de los árboles, junto al mar, el río, supone una buena opción para aprovechar el tiempo libre durante las vacaciones. Buen momento ahora leer los clásicos, en lugar de la lectura salteada, apresurada del año de trabajo. Es otro momento de la lectura pacífica degustadora. Se piensa en muchas ocasiones que en las horas de descanso se necesita libros "light", todo lo contrario, se puede se puede optar por poesías, filosofía, historias, alta literatura.

Leer y enamorarse de los personajes y las historias, viajar a través de la literatura, realizar turismo literario. Las buenas costumbres son aconsejables, como los momentos para leer. Podemos encontrar espacios como leer el "cuento antes de dormir", esta receta siempre funcionó con los niños. Pero un requerimiento necesario, será que la casa o ámbito elegido esté en silencio, fuera de teléfonos, televisores, ordenadores, música.

(*) Especialista en educación, escritora y productora del programa "Botica Educativa" Radio Sarmiento.