La realidad uruguaya, que hasta ahora no había dejado de deslumbrar a las demás naciones de Latinoamérica, afronta en estos últimos tiempos una serie de situaciones controvertidas que de una u otra forma signarán su destino en el futuro próximo. Uno de los temas más preocupantes lo constituye la discutida legalización de la marihuana, que aunque ha sido aprobada recientemente, aún no está en plena vigencia. De todas formas, esta medida ya ha sido tomada por varios sectores de la sociedad como una suerte de bendición, lo que está provocando, desafortunadamente, que los adolescentes y jóvenes ya estén fumando más marihuana que tabaco, como ha sido corroborado por una encuesta oficial realizada por la Junta Nacional de Drogas, a principio de este mes.

Lo lamentable de esta situación, es que este fenómeno se da después de una exitosa campaña contra el tabaquismo, que fuera impulsada por el anterior presidente del país, Tabaré Vázquez, que se contrapone en todos sus términos a la promoción del cultivo y consumo de la marihuana que prevé la legislación en vigencia. Se habla de promoción porque el propio Laboratorio Tecnológico del Uruguay acaba de hacer una exposición sobre los méritos del cannabis, resaltando sus cualidades, todo esto con el pleno aval del Gobierno nacional.

Más allá de que todo esto se esté haciendo al amparo de la ley y de decisiones tomadas a nivel gubernamental, lo que demuestra el grado de irresponsabilidad imperante es que no existe una campaña de información adecuada advirtiendo sobre los riesgos indiscutidos científicamente del consumo de marihuana. Debemos tener en cuenta que los informes médicos son rotundos y no hace mucho tiempo la Academia de Medicina de Francia emitió un drástico pronunciamiento sobre sus efectos psíquicos y físicos, dando cuenta de lo perjudicial que resultan las adicciones, algo de lo que ya no quedan dudas a nivel mundial.

Se considera que en Uruguay son pocas las personas que tienen en claro el efecto cancerígeno del tabaco, y menos aún las que poseen una información adecuada sobre la marihuana, cuya tendencia a la evasión impacta justamente en el mayor problema que hoy advierten los docentes: la dispersión.