El Gobierno nacional evalúa un sistema de listas colectoras para Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, como estrategia para la reelección de la presidenta. La medida también se podría aplicar en varios distritos. Una lista colectora permite que el integrante de una alianza que presenta candidatos para una categoría, ya sea presidente, diputado, senador o gobernador, pueda ir en una misma boleta junto a candidatos de otras categorías para la cual no formó alianza o no presentó candidatos propios.
De este modo, en la elección general bonaerense, Cristina Fernández podría ir en dos boletas diferentes: una junto a Daniel Scioli y, en la otra, con Martín Sabatella. Estando en juego la candidatura presidencial, la tendencia del votante es colocar en el sobre la boleta entera en la cual figura su candidato presidencial, sin detenerse a analizar quiénes son los del resto de la lista. Las colectoras disminuyen la calidad del proceso electoral ya que juegan con la confusión o la distracción de los votantes. Además, porque luego de la introducción de las primarias debilitan aún más a los partidos políticos como asociaciones capaces de decidir quiénes llevarán adelante sus propuestas.
La salida más transparente sería la de la boleta única, ya que permite que el elector arme su propia "colectora" al combinar en sus opciones candidaturas de distinto origen partidario. La experiencia de la mayoría de los países de la región y del mundo que emplean este sistema muestra su valor de mayor libertad democrática. Frente a una ley electoral nacional que en algunos aspectos puede ser destacada positivamente, la boleta única es la gran ausente para un proceso más completo de modernización y transparencia electoral.