En el reciente 32º Congreso de Ciencias Económicas que con tanto éxito organizó el Consejo Profesional de San Juan, el economista Juan Carlos De Pablo afirmó algo de gran sentido común demostrando que realmente hace la diaria en la calle y no escondido detrás de un escritorio. "A la sra. del kiosco de la esquina no le interesa saber qué pasará el año que viene o quién ganaría las elecciones en 2019, quiere saber cómo hace para subsistir con su negocio esta semana". No obstante este baño de realismo, sigue habiendo en algunas personas ansiedad por intuir cómo será el futuro mediato cuando la realidad debiera indicar dos cosas: la necesidad de abandonar posturas egoístas o de sector y la necesidad de hacer todo el esfuerzo para salir de la actual tempestad. Inflación que algunos ya caracterizan de híper combinada con una violenta caída de la actividad en general (recesión), son fenómenos que nos invitan más a solucionar estos problemas que a planificar el futuro. Es bueno tener una planificación pero es malo no entender cuando lo urgente es prioridad absoluta y requiere del empeño de todas nuestras fuerzas e imaginación.


¿Cómo llegamos a esto? ¿De quién fue la culpa? Poco importa, ya veremos en su momento, pero ahora todos debemos luchar desde nuestro lugar para llegar a un destino que nos permita desarrollar políticas de más largo plazo, políticas de Estado.


No estamos tan mal y ha sido un gran avance no haber perdido la normalidad institucional luego de una devaluación de más del 100%. Mejor estaremos si logramos detener la suba de precios y estabilizar las tarifas sin engaños, para que cada quién sepa cómo ordenar su presupuesto y hasta dónde puede aspirar con sus gastos, es decir, sin subsidios generalizados que sólo han servido para distorsionar el real valor de las cosas. Esta semana, sin ir más lejos, los gremios de Aerolíneas Argentinas mantuvieron de rehenes a tres decenas de miles de pasajeros reclamando unas diferencias salariales de empleados que reciben un promedio mensual de 80 mil pesos (unos 2.200 dólares) de una empresa estatal que da pérdidas, es decir, que financiamos los que no viajamos en avión. Los camioneros "consiguieron" un aumento del 40% con lo cual convalidaron una inflación semejante para todo el año que viene porque ese incremento se trasladará indefectiblemente como costo a los transportes de mercaderías de un país extenso que tiene en el flete un insumo principal. Hace poco, un joven recordaba que, quien esto escribe, actuando como árbitro general de un torneo de tenis, le dijo al salir de un partido en que había perdido muy mal: "Tu error fue no fijar claro tu objetivo, a ese chico no podías aspirar a ganarle porque es muy superior, tal vez si te hubieras propuesto ganar uno o dos games estarías más conforme". El ejemplo es válido para la situación actual. Pretender idear un camino de progreso mientras se promueve un bono de fin de año como paliativo para cubrir necesidades inmediatas es pensar en ganar el campeonato en medio de un partido que llevamos perdiendo 5 a 0. Lo primero es lo primero, estabilizar la economía, que vuelvan a crecer el consumo y la inversión para lo cual todos tenemos que hacer un esfuerzo pero más aquellos que tienen responsabilidad en el movimiento de los engranajes clave, el transporte, las comunicaciones, los bancos, algunos de los cuales están intentando mantener sus situaciones de privilegio o aumentarlas. Es muy triste que la sociedad tenga que inclinar sus favores hacia quienes ya detentan parte del poder real controlando, a veces con violencia, la llave del grifo del agua que necesitamos todos. ¿Qué clase de derecho sostienen quienes reclaman beneficios de una empresa que pierde plata y que todos pagamos con nuestros impuestos? Hablando de impuestos, tercer tema de interés registrado en las encuestas luego de la inflación y las tarifas, ¿cómo se podrán bajar si no se bajan los gastos ineficientes del Estado? Es importante que los gremios más poderosos se den cuenta de que el horno no está para bollos y que podrían, como se dice, "estar tocando música a bordo del Titanic" sin entender la situación de los más humildes a quienes se priva de asistencia para sostener privilegios injustificados. No hagan olas que la embarcación está en zozobra, no convoquen los vientos de la discordia porque basta una chispa para encender el fuego y el fin de año es una ocasión propicia. ¿Es posible que amenacen huelgas o medidas para enturbiar la próxima reunión aquí del G-20? ¿Puede alguien diseñar una táctica semejante presionando a alguien que tiene los bolsillos flacos para inducirlo a cometer errores graves que son los que se cometen en la desesperación? Si el gobierno es malo, no lo empujemos a ser peor. Por otro lado no parece haber clima destituyente, ya falta poco para el recambio y si Macri se fuera ¿quién lo reemplazaría? No es buen camino reclamar porciones más grandes de una torta que se achicó porque uno tenga el mango de la espátula. Puede que los que queden sin comer o los que tuvieron que comprar los ingredientes algún día se rebelen. La semana que viene se aprobaría el presupuesto anual en el Senado, Pero para la paz social falta una cuarta pata de la democracia argentina, los gremios.