Territorialidad es una palabra con gran significado para los peronistas. El presidente antes de viajar a una provincia, le avisa al gobernador y el gobernador hace lo mismo con el intendente cuando quiere pisar un departamento cualquiera.

Violar ese precepto es una invitación a la guerra, no hay otra lectura. Los intendentes comandan un grupo de gente que no puede ser "tocada" por un par o por un superior, y mucho menos sin antes haber sido avisados. Son parte de los famosos "códigos" del peronismo. Y tienen una importancia relevante, ya que sin ellos es casi imposible, por ejemplo, vencer electoralmente en tal o cual territorio. En esta interna que se avecina (o no) en el peronismo sanjuanino, su opinión será clave. Lo saben y por ello empezarán a reunirse.

Los está juntando el jefe comunal de la Capital, Franco Aranda, quien ya habló con varios y ha recibido, según fuentes del entorno del capitalino, una interesante aceptación. El convite es claro: "para hablar de política". Él tiene una posición tomada, que es la de hacer "lo que el presidente del PJ indique", como ya dijo en una entrevista radial. Habrá que ver qué dice el resto, porque en algún momento van a tener que tomar posición.

El 26 de agosto del año pasado vinieron a San Juan la vicepresidenta Gabriela Michetti; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Los dos varones cometieron un grave error, no así la jefa del Senado. Fueron al municipio de Santa Lucía antes que a la Casa de Gobierno. Hubo fuertes reproches del gobernador Sergio Uñac y de un asesor de éste hacia los porteños y sus secretarios, por la falta de respeto territorial que habían cometido los visitantes.

Uñac se lo dijo en la cara a Frigerio, que es el que parece lograr algún entendimiento de política y códigos del peronismo, no hay que olvidar que alguna vez asesoró a José Luis Gioja en el Congreso. Frigerio no se calló tampoco y hubo un cruce interesante, el que luego se olvidó, por supuesto. Claro, habían invadido la provincia, el gobierno provincial les había puesto todo y lo primero que hicieron fue ir a un municipio de la oposición. Así de fuerte es la defensa del territorio y así de importantes terminan siendo los jefes de esos territorios, es decir, los intendentes.

El que tomó la batuta de empezar a reunirse fue Aranda, quien rápido de reflejos empezó a comunicarse con cada uno de ellos para reunirlos. Casi los junta hace unos quince días, pero la conferencia de prensa de José Luis Gioja, los frenó.

Ahora han vuelto al ataque y planean una reunión para dentro de unos diez días aproximadamente. Aranda les avisó: "es para que empecemos a hablar de política", y ninguno dijo que no hasta ahora. La idea del capitalino es reunirlos a todos, incluso al jefe comunal de Rawson, Juan Carlos Gioja, y a los socios político del PJ, como Cristian Andino, de San Martín. La posición de Aranda es jugarse por las indicaciones del jefe del peronismo, Sergio Uñac, aunque no tiene intención de exigirles nada a sus pares, cada uno sabrá la posición que toma, y la manera en la que la demostrará.

A Aranda le viene muy bien el cartel, ya que se muestra como elemento de aglutinamiento y va rompiendo de a poco esa imagen de "arrimado" al peronismo que tenía al momento de sentarse en el sillón que antes ocupó Marcelo Lima en la Ciudad. El uñaquismo ve en los intendentes una de las grandes herramientas políticas por si se arma la guerra con el giojismo y no creo que intente detener la movida de Aranda, ya que al fin y al cabo al menos la está armando uno de su confianza.

Es más, es probable que el gobernador ya sepa de éste movimiento y hasta que lo esté alentando, aunque nadie lo va a admitir a viva voz, por su puesto.
En resumen, los generales departamentales empiezan a mover sus fichas porque también ellos sufren la interna que ya tiene el gobernador e incluso los ministros, algunos de ellos, ya avisados y en alerta "por si las moscas". Parece que abril empezó movidito, entre esta reunión y otras, que probablemente sean tema de otra columna en días sucesivos.