Los científicos del mundo se reúnen a partir de hoy en Copenhague, Dinamarca, para hacer frente a un desafío colosal: la concentración en la atmósfera de los gases causantes del cambio climático.
El efecto invernadero aumenta a un ritmo exponencial y alcanza su mayor nivel en más de 250 años, según la Organización Meteorológica Mundial, que reclama una acción internacional inmediata para atenuar este fenómeno. Los datos recogidos por 200 estaciones de medición, ubicadas alrededor del mundo, revelan que la concentración y la mayor temperatura media global se ubican por encima de la orquilla pronosticada por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático.
Las principales emisiones de dióxido de carbono (CO2) provienen de los combustibles fósiles, sobre todo petróleo y carbón, y la deforestación. Otros dos gases con impacto significativo son el metano, cuyas emisiones proceden del cultivo de arroz, la explotación de combustibles fósiles y los vertederos de basura y el óxido nitroso, por la utilización de fertilizantes y diversos procesos industriales. El mundo deberá analizar y ver cómo revierte las conductas que dañan gravemente al medio ambiente.
En América latina ya se están adoptando medidas. Brasil, por ejemplo, consciente de su gigantesca deforestación, busca reducir las emisiones de CO2 a corto y largo plazo, hasta llegar al 80% en 2020. En nuestro país, en cambio, son muchas las medidas pendientes. La principal es comenzar a trabajar de manera mancomunada entre el Estado, las empresas y el sector científico. A pesar de que desde la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la relación de la comunidad con sus científicos es más cercana y conoce la importancia de sus trabajos, aún hay sectores importantes de la industria que no se acercan a ellos para resolver los problemas del futuro inmediato. La buena utilización de los recursos naturales, las campañas públicas de difusión de tratamiento de residuos, la ayuda financiera y de cooperación técnica para las zonas más vulnerables, son sólo algunas de las acciones por desarrollar.
Muchas ONG han comenzado a concientizar a la población sobre este drama, pero si el Estado no asume su responsabilidad indelegable, poco será lo que se pueda lograr. La unión de toda la sociedad permitirá enfrentar y aprovechar el indetenible cambio climático del planeta.