
Los eclipses son eventos astronómicos, en los que la luz de un cuerpo celeste es bloqueada por otro. El término proviene de una expresión griega que significa "abandono", en referencia a la desaparición momentánea de la luz. En la Tierra, según la alineación con el Sol y la Luna se pueden ver eclipses solares y lunares. Hoy, lunes 14 de diciembre, comenzará a verse uno de sol, parcialmente, en el Pacífico Sur y parte del Pacífico Norte. Más tarde se verá total en la Polinesia francesa y al llegar el mediodía, en parte de América del Sur. Se terminará de ver en el atardecer, cerca de las costas de África. Un eclipse total de sol ocurre cuando el Sol, la Luna y la Tierra se alinean de modo que la Luna se interpone en el recorrido de la luz del Sol que llega a la Tierra y bloquea por completo esa luz para observadores de determinadas regiones.
- El evento
La Luna es 400 veces más pequeña que el Sol, pero como está más cerca de la Tierra, puede cubrir totalmente el disco solar. La cobertura total del Sol (poco más de 2 minutos) ocurrirá en Argentina, en el sur de Neuquén y Centro-Sur de Río Negro, entre las 13,05 y las 13,25. Poco antes también se verá total en la Araucaria chilena. En el resto de nuestro país, podrá observarse en forma parcial, desde cerca del mediodía y hasta las 3 de la tarde. Como también en Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, centro sur de Brasil y en la Antártida.
Es importante recordar que para verlo se necesitan lentes o visores especiales con filtros que bloqueen los rayos solares que pueden dañar la retina. Nunca se debe observar el sol en forma directa, ni con lentes ahumados de sol, ni placas radiográficas. Los lentes protectores no deben dejar pasar más del 0,003% de rayos dañinos para la retina.
- Miedo y malos augurios
Hasta los inicios del siglo XX, los eclipses producían temor y hasta se los consideraba de mal augurio porque aún se desconocía mucho sobre astronomía. Existen registros de eclipses ocurridos antes de Cristo. Homero en La Odisea dice: "el sol ha muerto en el cielo" en referencia a un eclipse ocurrido en Itaca por el 1.178 a C. Heródoto relata que: "el día se transformó en noche" unos 585 años a C, durante una batalla entre medos y lidios. En el MET de Nueva York se conservan, como tesoros, las primeras fotos daguerrotipo de un eclipse solar total que ocurrió en 1854.
Con los avances científicos del siglo XX se los comprende y, mediante la informática, pasan a ser predecibles con exactitud por estudios de las posiciones de las sombras y sus proyecciones. Ahora mismo se sabe que para el 2186 habrá un eclipse solar total, observable en Venezuela que durará 7 minutos y medio convirtiéndose en el más largo desde unos 4.000 años a C ("Astronomía ilustrada" de J.C. Beamin). Los asirios y babilonios los predecían anotando las repeticiones cíclicas de estos fenómenos. Ellos sabían que cada 18 años, 10 u 11 días y unas 8 horas las circunstancias orbitales son idénticas, por lo que se produce un fenómeno similar.
- Teoría de Einstein
Para la ciencia, el eclipse solar más importante ocurrió el 29 de mayo de 1919. Consolidó la Teoría de la Relatividad General, publicada en 1915 por Einstein. Desafiando el sentido común, el científico afirmó que la gravedad no es una fuerza que actúa a distancia entre objetos, tal como la había definido Newton, sino efecto de la curvatura del espacio-tiempo producida por la masa de los objetos. Así el inmenso Sol produce una curvatura que hace girar los objetos menores a su alrededor y altera la trayectoria de la luz emanada de ellos. Si durante el día se pudiera ver la luz de estrellas cercanas al sol, se verían más alejadas del sol que lo que realmente están cuando se las observa de noche. La oscuridad producida por ese eclipse confirmó sus, hasta entonces, controvertidas afirmaciones y lo convirtió en una celebridad.
Hoy en día los eclipses solares, además de atraer a las mayorías y fomentar el turismo, para los científicos son oportunidades únicas para estudiar la corona solar y sus violentas explosiones de plasma, que influyen en los fenómenos climáticos y pueden tener efectos en las telecomunicaciones de la Tierra.
Por María Antonia Sansó Santos
Licenciada en Bioquímica
