En plena discusión por el nivel de los precios, hace unos días, el ministro de Economía de la Nación, Amado Boudou dijo que no hay inflación sino "un reacomodamiento de precios", y como los precios según la experiencia cotidiana de todos los ciudadanos crecen diariamente, hay inflación.
De manera que el reacomodamiento de precios al que se refirió el funcionario no es más que un eufemismo para disimular o reducir el impacto de noticias vinculadas con una crisis económica de la que hablan todos los economistas.
El eufemismo es un recurso político generalizado y utilizado sobre todo cuando se piden explicaciones sobre un hecho a políticos y gobernantes. No es un recurso legal porque aleja de la verdad a los protagonistas y al pueblo.
También se utiliza para evitar posibles ofensas a grupos o individuos, por lo que políticamente es aceptable ya que sustituye a un lenguaje directo que podría resultar ofensivo.
Hay que tener en cuenta que lo que se opone al eufemismo es el pensamiento crítico porque analiza o evalúa la estructura y consistencia de los razonamientos, particularmente de las opiniones o afirmaciones que la gente acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana.
Pero ¿qué impide al ser humano el uso directo de sus pensamientos? O ¿por qué recurre a los eufemismos?. Hay varios motivos que unificados construyen un puente que los lleva a la realidad paso a paso, lentamente.
El rostro de la verdad no puede permanecer oculto por siempre y cuando se corre el velo que la oculta, nada -pero nada- queda en las sombras. Aparece la luz sin interruptores y el hombre puede ver sin obstáculos en torno de sí mismo y evaluar minuto a minuto la experiencia de su diario vivir.