Por eso, necesitamos más tiempo para nosotros, para reflexionar y despojarnos de cualquier resentimiento. Sabemos que es la hora de la acción, pero también la etapa del libre pensamiento, de renovarnos por dentro, de abrazar otros espacios más gozosos. Quizás tengamos que cambiar de estrategia y rescatarnos a nosotros mismos, para poder levantar el ánimo y volver a caminar con la alegría de siempre. 


En este sentido, veo como un gesto esperanzador que el recién nombrado Secretario General de la ONU, António Guterres, haya establecido un equipo de tareas de alto nivel para que desarrolle con carácter urgente una destreza clara y nueva para mejorar el enfoque de la Organización en materia de prevención y respuesta al abuso y la explotación sexual en todo el sistema de Naciones Unidas.

 
Desde siempre se ha dicho que es mejor prevenir que curar. En septiembre de 2016, el informe anual de su predecesor, Ban Ki-moon, detalló 69 acusaciones de agresiones y explotación sexual formuladas contra militares de la ONU de 21 países. En diciembre esa cifra había ascendido a 82 denuncias en la web del Departamento de Mantenimiento de la Paz de la ONU. Aunque les cueste a las fuerzas de mantenimiento de la paz admitirlo, las denuncias se producen y, por consiguiente, se debe perseguir a los acusados. 


Nos hace falta, desde luego que sí, reconocernos recíprocamente para hallar el bien. Pongamos toda la audacia posible, hagamos memoria y actuemos acorde con los rectos juicios, pues los peligros nos afectan a todos y, entre todos, hemos de buscarle la solución. Tendremos que salir de nosotros mismos, de la comodidad en la que estamos atrapados, de nuestro egoísmo, vivero de los grandes perversos, y hacer que este impulso liberador, innato en cada individuo, sea cada vez más intenso, generoso y fecundo. 


Tampoco olvidemos que cualquier acto de terrorismo, o de abuso sexual, se fundamenta en el desprecio de toda vida, de toda especie; intentando modificar, de este modo, nuestro modo de comportarnos, activando abecedarios de miedo, incertidumbre y división. Nos alegra que frente a esta alarma de pavor, la Comisión Europea haya adoptado una serie de medidas para fortalecer la capacidad de lucha, sobre todo, contra la financiación del terrorismo y el crimen organizado. Ojalá, por otras latitudes planetarias también se activen estas cooperaciones preventivas. Puede que la localización de los flujos financieros sospechosos, y cortar las fuentes de financiación, sea una de las formas más efectivas para detener posibles ataques fanáticos y actividades criminales. 


Al fin y al cabo, uno tiene que dejarse conmover por la verdad, indagando por los sentimientos y pensamientos de nuestras habitaciones interiores, analizando y buscando la palabra exacta, con un oído en el pueblo y otro dentro de sí, cuando menos para mejorar nuestro acompañamiento, con la realidad como idea y con el diálogo como contexto, para lograr un mundo más seguro, saludable y pacífico. 
 

Las fuerzas de paz de la ONU acusadas de agresiones y abusos.