Beatriz de Holanda se convertirá en la primera monarca que deja el trono de un país europeo en el siglo XXI, luego de 33 años de reinado. Así, el próximo 30 de abril, Máxima Zorreguieta será la primera argentina en llegar a ser reina. Su marido, el príncipe de Holanda, Guillermo Alejandro, accederá al trono de su nación.

Desde su compromiso matrimonial en 2001, la princesa vivió un proceso de familiarización con la sociedad holandesa, que incluyó un programa de estudio de la lengua, la historia y las leyes de los Países Bajos, además de numerosos viajes por todo el país. Máxima figura en las encuestas de popularidad en el primer puesto y, hasta 2011, su marido lo hacía siempre en segundo lugar. Según la última encuesta, que se realiza todos los años en abril con motivo del Día de la Reina, ella figura entre los miembros de la corona holandesa más queridos para el 62 por ciento de los entrevistados. La reina Beatriz contaba con el 52 por ciento y su hijo y futuro rey, con el 34 por ciento. Asimismo, según la citada encuesta holandesa, el 81 por ciento estaba satisfecho o muy satisfecho con la reina, comparado con el 77 por ciento en 2011. La espontaneidad de Máxima y su perfecta adaptación a la identidad holandesa, le han abierto las puertas de la Corona y los corazones de los holandeses. Su frescura y el enamoramiento genuino del heredero le valieron la fidelidad de los súbditos, rodeados por otras monarquías erosionadas por escándalos y amores truncos.

El gran triunfo de Máxima ha sido aprender. Al principio, a través del silencio y de la observación, asimiló una nueva cultura, la de un pueblo tan antiguo como el flamenco-holandés. La inteligencia de ella estuvo en ponerse siempre un paso detrás de su marido y dos pasos detrás de la reina, respetando cada posición en la familia real. Su comportamiento, siempre intachable, merece ser destacado. Demostró una seriedad enorme en sus viajes a la Argentina. Nunca sobreactuando ni haciendo ostentación de su poder. La reina y el Parlamento holandés se dieron cuenta que está preparada para tomar la función de ser reina. Madre ejemplar, compañera de su marido, elegantísima, siempre agradable, es un ejemplo de educación argentina.

Máxima consiguió la síntesis perfecta entre la cultura anglosajona y la calidez latina para convertirse en la princesa más querida y ahora llevará, para orgullo de argentinos y holandeses, la corona de Holanda, después de Inglaterra, la Casa Real más poderosa de Europa.