La increíble y desconcertante difusión de una encuesta en momentos en los que la gente está asustada y enojada, se convirtió en el hecho político más trascendente de la semana, en una provincia que paralizó sus comentarios sobre política, coincidirá el lector. El sondeo, realizado por una empresa cordobesa en todo el país, fue publicado esta semana por el diario Clarín como rigurosamente ocurre cada 30 días más o menos desde mayo de este año. En ese trabajo el gobernador Sergio Uñac este mes quedó segundo en mejor imagen neta (donde la positiva y la negativa suman 100%), detrás del jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, el preferido del denominado "establishment" argentino. Los números de cada mandatario no necesariamente están atados a la situación sanitaria de cada distrito ya que, por ejemplo, el formoseño Gildo Insfrán, quien hasta el viernes tenía menos de 180 casos positivos de Covid-19, aparece recién en el quinto lugar. La misma curiosa situación se da con el catamarqueño Raúl Jalil, quien quedó en el puesto 16 detrás del chaqueño Jorge Capitanich (13.700 positivos, más o menos). Catamarca, sin embargo, no llegaba al menos hasta hace 48 horas a los 800 confirmados. Haciendo estas salvedades, la imagen del sanjuanino va creciendo, es cierto, ya que alguna vez en ese mismo ranking estuvo en el lugar de Jalil y hasta más abajo, curiosamente cuando la provincia casi no tenía casos registrados, aunque sí habían ocurrido crisis como los hechos vinculados al manejo del avión sanitario, por ejemplo. Entonces, si el resultado del sondeo no está del todo atado a la situación sanitaria de cada provincia, ¿a qué corresponde entonces? Uñac y su equipo están convencidos de que el mal manejo de la economía es lo que ahora más irrita a cualquier sociedad. Por el contrario, el buen manejo de la administración, es lo que más se premia.

Otro sondeo que llegó a oídos del mandatario indicaba que el 70 por ciento de los sanjuaninos quería habilitar el turismo interno, por ejemplo. Y nadie, o casi nadie, cree que volver al encierro total es la solución para la pelea contra el Covid-19. La gente aún le tiene miedo a la pandemia, por supuesto, pero cree sostenidamente en la idea de que el cuidado de la salud de la población en general está directamente vinculado a la responsabilidad individual y cada vez menos al Estado. En sectores económicos más altos, no tienen dudas. En los más bajos aún cuesta más esa idea, pero la gente se inclina por ese camino.


En esa materia, la económica, San Juan sí ha hecho diferencia respecto del resto de las provincias argentinas. Sólo por hacer un repaso: congelamiento mediante, el Estado pudo cumplir con el incremento salarial que se pactó antes del inicio al freno de la economía, cosa que no ha ocurrido en casi o ninguna otra provincia del país. También se hizo un retoque a las Asignaciones Familiares, que se pagan junto a los sueldos rigurosamente a inicios de cada mes. El conflicto iniciado por el combativo Sindicato Médico es un ejemplo claro de que los estatales están contenidos por el gobierno provincial: anunciaron medidas de fuerza que luego fueron volteadas por la Subsecretaría de Trabajo y esa decisión, a su vez, fue armoniosamente acatada por los profesionales quienes, en otras circunstancias, hubieran puesto el grito en el cielo y hubieran iniciado acciones. Ya ocurrió. Hasta el titular de ese gremio, Daniel Sanna, sabe que el malestar de sus asociados pasa por la escasez de profesionales, que los empuja a tener que estar en 20 lugares a la vez, no por los sueldos ni las condiciones laborales. Y esa escasez ocurre aquí como en cada rincón del mundo.


Todo lo que pase con los empleados estatales es vital para mantener la armonía general, ya que esta provincia aún es muy dependiente de las cuestiones del Estado, lamentablemente. Mientras los estatales estén bien, los gobiernos tienen más o menos asegurada una larga vida. 


Para el sector privado, los empresarios, el Ejecutivo provincial dispuso ayudas económicas varias, que han sido bien recibidas por todos los sectores, aunque lo que más esperan los dueños de empresas cada mes es la continuidad de los ATP, el salvataje nacional que les permite zafar de una parte importante de sus obligaciones con los empleados. Muchos comercios han cerrado, algunas industrias también, pero los que han sobrevivido agradecen y ponderan ese aporte de la administración federal como ningún otro.


Para levantar la duplicación de la desocupación, la provincia implementó el plan San Juan Trabaja, que les dará capacitación, un pequeño pago y, probablemente, trabajo estable a muchos jóvenes. El comercio estuvo paralizado muy pocos días respecto de otras provincias, la industria casi nada y el sector productivo pudo seguir su agenda casi sin problemas.


Es muy probable que la buena imagen del mandatario se explique en la capacidad que Uñac tuvo de ver antes que otros gobernadores o incluso el propio Alberto Fernández que la economía debía sobrevivir a la par de la salud. "Ya no hay margen para volver atrás" repite hacia adentro Uñac. Lo dijo varias veces esta semana en la reunión de Gabinete de Ministros. Por supuesto todos sus funcionarios coinciden, a pesar de que en otros temas no se ponen de acuerdo y vale la pena marcarlo, al menos aleatoriamente en esta columna: fue muy exponencial la conferencia de prensa de esta semana en la que mientras un funcionario relataba con tristeza el incremento exponencial de casos, otro pedía quedarse en casa y a su vez, hablaban de la habilitación del turismo interno. La pandemia expone las contradicciones y cuando esas distintas opiniones se conducen mal, resultan flagrantes. 


En resumen, Uñac leyó con obvia satisfacción la encuesta de Clarín, aunque sabe (él mejor que otros que están a su lado, quienes se mostraron demasiado eufóricos con el sondeo) que eso dura lo que dura todo en pandemia: nada. El pocitano recibió la noticia como una caricia a su ego político, pero de ninguna forma le marcará una línea ya que hoy mismo, mientras alguien lee estas líneas, todo puede cambiar. Para colmo y contrario a lo que se pensaba, el buen manejo de la situación sanitaria no indica que las gestiones van a ser desaprobadas o aprobadas, evidentemente. Todo es manejar en tinieblas últimamente, y nadie sabe cuánto tiempo será de la misma forma. Es otro verdadero peligro de la pandemia.