El presupuesto nacional aumentó un 15% destinado a la ayuda social, pero este incremento no ha repercutido en una mejora de la situación de los carecientes. La inflación y el uso clientelar de los planes sociales, que superan los 227.000 millones de pesos, hace que la pobreza no baje a los niveles que se anuncian oficialmente.

El Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina presentó el informe "Hábitat, pobreza, riesgo alimentario y calidad de vida de los hogares” correspondiente al cuarto trimestre de 2010 y en el que se incluyen varios datos. El informe de niveles de pobreza, en la medición del Indec, revela que entre 2006 y 2010 descendió la pobreza del 29,2% al 9,9% de la población urbana. Según los datos monitoreados por el ODSA, los niveles de pobreza pasaron del 32,2% en 2006, al 29% en 2009 y al 29,6% el año pasado, de acuerdo al valor que se utilice para la canasta básica. Si bien la situación mejoró con respecto a 2006, entre 2009 y 2010, esta se habría mantenido igual o mejorado levemente, aunque era de esperar una mayor mejora debido a la mayor transferencia de ingresos y circulación de la masa monetaria.

Los niveles de indigencia según la medición del Indec revelan que entre 2006 y 2010 descendieron del 10% al 2,5% en 2010; aunque los datos del ODSA revelan que hubo sólo una mejora menor, pasando los niveles de indigencia del 12,1% en 2006 al 10,9% el año último. Sin embargo, entre 2009 y 2010, no habría habido cambios significativos. Esta situación, al igual que los pocos cambios en materia de pobreza, se explica fundamentalmente por el proceso inflacionario.

El riesgo alimentario general, es decir, la percepción de hambre por razones económicas, afectaba en 2004 a uno de cada tres hogares, en 2008 se alcanzó la mejor situación cuando el indicador se ubicó en el 12,4% de los hogares, en 2009 subió al 15,9% y, finalmente, en 2010 bajó al 14,5 por ciento. Los indicadores de condiciones del hábitat e infraestructura urbana en 2010 muestran que el año pasado se registraba un 6,8% de los hogares en situación de hacinamiento, un 10,5% de hogares sin agua corriente, y un 34,4% sin cloacas, entre otros aspectos básicos.

Mientras no se admita el tema de la pobreza con objetividad y se lo afronte con soluciones eficaces, los pobres seguirán siendo cifras, desconociendo la verdadera dignidad de la persona.