Luego de algún tiempo, los intendentes justicialistas pudieron reunirse en grupo con el gobernador Sergio Uñac. La cita fue en Jáchal a propósito de una actividad del mandatario en tierras del Norte sanjuanino y, como ocurre casi siempre después de este tipo de reuniones donde intervienen varias personas, hubo versiones distintas sobre el motivo del encuentro y lo que se charló en él. En el gobierno dijeron que hablaron de afirmar la gestión y de no profundizar internas. Pero un par de jefes territoriales que fueron de la partida agregaron otros dos datos un poco más jugosos: Uñac les dijo que apoyará a los intendentes que puedan reelegir; y les pidió que trabajen más en la gestión como en la campaña política, que dupliquen las horas de trabajo. Si lo último es cierto, y aparentemente lo es a pesar de la negativa gubernamental, los jefes comunales salieron de la reunión convencidos de que habrá adelanto de elecciones, entre otras conclusiones. Pero el derrotero político de Uñac no terminó ahí, ya que el viernes fue el turno de los concejales. Ahí el discurso fue más tranquilo, aunque también surgió una frase interesante: "Les puedo asegurar que vamos a ganar en los 19 departamentos". El peronismo huele sangre. Ve que la oposición sanjuanina no solamente se ha quedado sin candidatos, se ha quedado sin líder y allí apunta. Veremos cómo les va.

Si es cierto que Uñac les dijo a los intendentes que pueden continuar que los apoyará para repetir mandato, el problema de las candidaturas debería estar resuelto en 9 distritos: 25 de mayo, Jáchal, San Martín, Capital, Chimbas, Sarmiento, Calingasta, Valle Fértil e Iglesia. Los problemas surgirían en los departamentos que no domina el peronismo (9 de Julio, Santa Lucía, Rivadavia, Zonda, Ullum y Caucete), y en donde los jefes comunales no pueden repetir (Rawson, Pocito, Albardón y Angaco).


Igual nada de lo anterior es lineal porque, por ejemplo, en los departamentos que el peronismo no domina, pueden surgir noticias estridentes que cambien el escenario: el ullunero Leopoldo Soler se siente solo y ha tirado lazos con el oficialismo, lo mismo que el zondino Miguel Atampiz y el caucetero Julián Gil. En el lote de los que pueden repetir, donde supuestamente las negociaciones políticas podrían ocurrir de manera más sencilla, aparecen un par de casos que bien podrían servir de base para un libro y sobre ellos deberá trabajar Uñac: en Iglesia, donde después de tres décadas de robarle a los iglesianos el futuro que les pudo haber dado la minería, los hermanos Marinero están peleados a muerte y no hay conducción que los siente a acordar. Allí la solución sería habilitar una interna y quién dice (quiera Dios) que termine ganando otro que pueda darle al pueblo de Iglesia la conducción política que necesita.


Como en los que pueden repetir mandato hay perlitas, en el lote de los que no pueden repetir hay burradas de la antigua política. Una de ellas es la que quieren hacer el matrimonio López-Abarca: no contentos con venirse pasando de manos el poder desde hace décadas, ahora quieren que uno de sus hijos sea candidato a intendente. La única premisa es asegurar el feudo, y a eso apuntan. A Uñac ese tipo de cosas lo ponen de muy mal humor, pero esto es política y a veces hay que hacer lo más conveniente y dejar lo mejor para mejores cosechas. Como quiera que sea, el gobernador también va a tener que resolver ese problemita y otros parecidos que habrá a lo largo de los 19 departamentos. Nada referente a una elección es sencillo ni lineal.


La reunión del viernes en Valle Fértil le sirvió al gobernador para resaltar el trabajo de los concejales, quienes muchas veces se sienten ninguneados por los intendentes y sin acceso a la conducción partidaria. Viejo municipalista, Uñac se les acercó, les tendió un puente. Y aprovechó para mandarle un mensaje a la oposición: "Vamos a ganar en los 19 departamentos", dijo ante muchos de los que vienen tratando de ganarse el título de candidato en los distritos donde el oficialismo no domina. Dicen que esos encuentros se repetirán, algunos con el gobernador, y otros incluso sin él. Lo mismo que los intendentes. Habilitados o no, se ve que en el peronismo no quieren esperar a que termine el Mundial de fútbol y ya dieron bandera a cuadros al trabajo político.


En el gobierno provincial hoy no quieren hablar de la oposición, pero es interesante hacer un repaso. ¿Quién lidera la oposición? Roberto Basualdo está en retirada; Marcelo Orrego, sin definición y cada vez más lejos de una candidatura a gobernador; Fabián Martín, en leve crecimiento, pero sin estatura apolítica aún y con los problemas de su gestión encima; Eduardo Cáceres ha logrado que nadie lo quiera ni lo respete, una meta pocas veces alcanzada en la política provincial; Rodolfo Colombo está cada vez más acorralado por la levantada en las encuestas de Franco Aranda; la UCR no tiene espaldas. Es decir, el problema no es si Orrego es o no candidato, el problema es saber quién conducirá todo el proceso de elecciones. No hay conductor, no hay liderazgo visible, no hay uno que todos respeten. Ese lugar lo tenía Basualdo, pero ya dijo que se abre de candidaturas y, por ende, de conducir cualquier estrategia. Toda la oposición sabe que si el intendente de Salta Lucía no es candidato, tendrán que sufrir con Cáceres y eso, en estricto off, todos lo dicen. Si esto camina de esta forma, nadie de la oposición va a trabajar en una elección dividida y la victoria oficialista va a ser histórica. Para colmo en alguno de esos municipios de Cambiemos ya calculan que los recursos para la campaña serán muy magros. Basualdo no aportará nada de nada. Y en Buenos Aires tienen otros problemas más graves como para pensar en un candidato en San Juan. En el mejor de los pronósticos, Cambiemos calcula que la economía mejore en la segunda mitad del año, pero hay que ver qué significa ese mejoramiento de la economía para ellos. Y ese es el problema de fondo. Para la Nación mejorar es llegar a fin de año sin agujeros fiscales, sea cual fuere el costo. No importa la inflación, no importan las boletas de 5 mil pesos, importa el cero fiscal. Si la oposición sanjuanina no cambia su forma de actuar, están yendo derecho a una aplastante derrota frente al peronismo, que solamente tendría que resolver sus rencillas para no perder votos en ellas. Igual, esto es una foto hoy, todo puede cambiar mañana mismo.